El enigma de la resistencia
NADIE parece saber qué cosa es la resistencia iraquí y se ha abierto un debate político y técnico al respecto. Hay tres versiones principales: a) coordinada acción, planeada antes de la caída de Bagdad, a cargo de antiguos fieles a Saddam, sunníes y generalmente reclutados entre los viejos aparatos de seguridad y milicias del partido Baas; b) grupos más o menos autónomos que serían tan antiamericanos como anti chiíes y recurren a la violencia porque su minoría sería la víctima propiciatoria en un régimen post-bélico; c) una mezcla de las dos: a la infraestructura de la primera se habrían unido terroristas árabes no iraquíes llegados del exterior. La tercera hipótesis parece tener todas las de ganar si se atiende a la aparición de los terroristas-suicidas, muy alejados de lo que el ministro iraquí de Exteriores, Hoshiyar Zebari, un kurdo muy occidentalizado, llamó ajenos al carácter iraquí. Y lo son, en efecto: los últimos actos terroristas que se recuerdan en Irak, protagonizados por militantes del partido islamista Al Dawa, nunca fueron ejecutados por kamikazes. Tres opiniones relevantes. Dos generales norteamericanos, Odier Odierno y Hertling, disintieron: el primero cree que la presencia de elementos de Al Qaida o similares es muy, muy pequeña, si la hay, y el segundo que hay terroristas venidos expresamente. Este debate parece técnico, pero es fuertemente político. Por el momento, nadie sabe qué es esa resistencia.