Los militares toman el contral de Sri Lanka tras el estado de emergencia

La declaración del estado de emergencia en Sri Lanka por la presidenta, Chandrika Kumaratunga, ahonda la crisis institucional y dificulta el mantenimiento de la tregua y el proceso de paz con la guerrilla secesionista tamil y otorga el poder provicional a los militares. Los propios Tigres Tamiles mostraron ayer sus dudas sobre la posibilidad de que prosiga el alto el fuego que acordaron a principios del 2002 con el Gobierno y de que continúen, con la mediación de Noruega, las conversaciones de paz. «El partido de la presidenta Kumaratunga rechazó ategóricamente las propuestas de los Tigres de Liberación de la Patria Tamil para crear una Autoridad Interina de autogobierno (en las zonas de mayoría de población tamil), cerrando la posibilidad de reanudar las conversaciones de paz», señaló ayer la guerrilla en su página de Internet. Kumaratunga recalcó también que «el acuerdo de alto el fuego se mantendrá (...), pues no hay intención de reanudar o provocar la reanudación de las hostilidades» con la guerrilla tamil, según manifestó el asesor de política internacional de la Presidencia, Lakshman Kadirgamar. La ley permite en Sri Lanka que el estado de emergencia impuesto por un decreto ejecutivo se mantenga durante un máximo de diez días y luego necesita la aprobación del Parlamento.