Diario de León

La soldado que no fue valiente

Jessica Lynch, la combatiente rescatada de un hospital iraquí que el Pentágono convirtió en la heroína de la guerra de Irak, publicó ayer su libro por el que cobrará medio millón de dólares

Jessica Lynch recoge con muletas el galardón que la nombra «Mujer del año» en Estados Unidos

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Bárbara Celis D¿Amico - corresponsal | washington
León

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Las biografías de todo personaje famoso suelen llegar en edad madura, o incluso después de muertos. A menos que uno tenga veinte años y se llame Jessica Lynch. La soldado a la que las Fuerzas Especiales del Ejército Norteamericano rescataron de un hospital iraquí convirtiéndola en la heroína de la guerra de Irak, publicaba ayer su libro I am a soldier, too. The Jessica Lynch story , por el que cobrará medio millón de dólares. Escrito por el ex periodista del New York Times Rick Bragg, el libro se ponía a la venta en uno de los días más patrióticos del calendario norteamericano: el día de los veteranos de guerra. Pero lo que cuenta la soldado dista mucho de lo que contaron en su día los miembros del Gobierno, a los que se ha acusado de manipular su historia para conseguir el apoyo de los ciudadanos en uno de los momentos más críticos del conflicto. La versión oficial decía que Lynch luchó casi hasta la muerte contra los iraquíes que finalmente la apresaron mientras que en el libro explica que su vehículo tuvo un accidente tras caer en una emboscada y si hoy está viva es gracias a los iraquíes que la llevaron al hospital. También habla estupendamente de los médicos que la atendieron e incluso recuerda con cariño a una enfermera que le cantaba dulcemente para tranquilizarla «Me han utilizado como un símbolo. Pero lo que han hecho está mal. No sé porqué lo hicieron....No sé porqué filmaron el rescate» afirma Lynch en la primera entrevista concedida tras meses de silencio. El polémico rescate, que fue publicitado como una operación de alto riesgo, resultó ser una pura manipulación ya que en el hospital del que fue rescatada no había ni un solo soldado iraquí. «Es como si Hollywood y el Pentágono hubieran trabajado codo a codo para producir un icono cultural, algo a lo que contribuyen los medios de comunicación, que históricamente intentan personalizar los conflictos» explica Steven Livingston, un profesor de la Washington University que ha elaborado un estudio sobre las relaciones entre prensa y guerra. Rubia, blanca, herida y de pueblo Los críticos del caso acusan al Pentágono de haber escogido a Lynch por ser un producto «típicamente americano» en detrimento de otros soldados heridos o capturados. Rubia, blanca, de ojos claros y procedente de la Virginia rural, cumplía todos los requisitos para que la masa se identificara con ella. Sin embargo, Lynch afirma que no se considera una heroína. «Fuimos e hicimos nuestro trabajo y eso es una guerra pero me gustaría no haber tenido que hacerlo. Me gustaría que no hubiese ocurrido. Daría cualquier cosa. Daría 4000 millones de dólares», asegura ahora con los bolsillos llenos tras el cobro de los derechos de su libro y de una película basada en su historia. El libro afirma que la soldado fue violada, algo que ella misma no recuerda y que los médicos iraquíes que la trataron niegan enfurecidos. Convertida en Mujer del año por la revista Glamour , cuyo premio le entregó Britney Spears el lunes, la heroína se enfrentaba ayer a una noticia que hará correr ríos de tinta en un país muy poco permisivo con los deslices sexuales: Larry Flynt, el editor de la revista Hustler , anunciaba que publicaría unas fotos de la soldado en topless tomadas antes de su partida hacia Irak y con las que quiere demostrar que la soldado Lynch «no es Juana de Arco».

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