Diario de León

Un billete de vuelta en el bolso

Varios de los muertos italianos en Nasiriya estaban a punto de volver a casa. El atentado se ceba en los «Carabinieri», uno de los cuerpos más populares en la vida cotidiana italiana

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í.d. | roma
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Los periodistas se escondían ayer en torno a la casa de una de las víctimas, un mariscal de los Caranibieri en Nizza Monferrato, ante la llegada de su hija pequeña del colegio para evitar que se diera cuenta de lo que ocurría. Lucrezia, de cuatro años, entró en casa como un día cualquiera, pero seguramente al ver a su madre notaría algo. «Es una mujer destrozada, no se tiene en pie», había comentado poco antes el suegro de la viuda. Como en este pequeño pueblo, cerca de Turín, una noticia terrible cayó sobre muchas familias italianas. Cientos, porque durante horas no llegaron datos precisos sobre los fallecidos y en Irak hay más 2.700 soldados italianos. La lenta y angustiosa búsqueda de las identidades de las víctimas sumió a Italia, de norte a sur, en un goteo disperso de dramas personales. Sicilia fue la primera región en saber que debía llorar varios muertos y al final del día contaba seis. Mimmo Intravaia, 44 años, de Monreale, al lado de Palermo, fue durante varias horas uno de los pocos nombres confirmados y se convirtió en el símbolo de la jornada.«Era un hombre dulce y simple, dedicado a la familia. Iba a estas misiones para mejorar el nivel de vida de su familia», comentaba un amigo. La tragedia es mayor si cabe porque varios de los muertos estaban a punto de volver a casa. El atentado se ceba además en uno de los cuerpos más populares de Italia: los Carabinieri .

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