Diario de León

«Las malas constituciones, injustas con los ciudadanos, acaban en revueltas o revoluciones»

Giscard avisa la UE: «Es mejor no tenerConstitución que tener una mala»

Reprocha a España y Polonia, sin nombrar a ambos países, que carezcan de «espíritu europeo»

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europa press | bruselas

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El ex presidente de la Convención, Valery Giscard D'Estaing, aseguró ayer que es mejor «una ausencia de Constitución que una mala Constitución», puesto que «una Constitución mutilada encerraría a Europa en una estructura inadaptada» que afectaría a la confianza de los ciudadanos en Europa. Giscard, que participó en una reunión con los representantes de los parlamentos nacionales, la Eurocámara y el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Franco Frattini, en Bruselas, apuntó que el desmenbramiento del texto propuesto por la Convención «nos amenaza». Asimismo, señaló que «no sería útil alargar» los debates de la Conferencia Intergubernamental (CIG) si «no tienen el nivel apropiado de voluntad política». De este modo, el político francés señaló que si las reclamaciones de cada país (en referencia a España y Polonia aunque sin nombrales) siguen inspiradas por los intereses nacionales en vez del espíritu europeo, no tendría sentido ampliar la CIG durante la presidencia irlandesa. Seria mejor, a su juicio, «un plazo de reflexión en el que la sociedad civil, los ciudadanos y los jóvenes, tuvieran tiempo de expresarse» y las elecciones europeas de junio serían un momento adecuado. «Las malas constituciones, injustas con los ciudadanos, acaban en revueltas o revoluciones», advirtió. «No se trataría en este caso de barricadas, sino de una dislocación de la UE, bien a través del bloqueo del trabajo de la Comisión Europea o de la imposibilidad de lograr en 2006 un acuerdo mutuamente aceptable sobre las perspectivas financieras», agregó. El que fuera presidente de la asamblea que elaboró el borrador de Constitución señaló que las buenas constituciones están hechas para durar tiempo, incluso varios decenios como la norteamericana. Son fruto de un trabajo minucioso y «no de un compromiso improvisado de última hora», añadió.

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