Sin gasolina en la meca del petróleo

Los iraquíes se desesperan por la falta de gasolina en su país, el segundo del mundo en reservas probadas de petróleo, mientras la policía está implicada en su contrabando, según reconocen fuentes estadounidenses. «Para comprar combustible para mi coche según el precio oficial necesitaría dormir toda la noche en la cola de la gasolinera», afirma Faruk Haider, de 45 años. Muchas calles en Bagdad se encuentran bloqueadas por las filas de cientos de coches que esperan poder repostar en una de las gasolineras. Los únicos que esperan son los demasiado pobres para comprar en el mercado negro o aquellos que trabajan en la reventa de gasolina, lo que se ha convertido en una fuente de ingreso para muchos iraquíes. En cualquier calle o carretera de Irak se pueden encontrar personas con bidones llenos de gasolina que agitan una botella de plástico cortada por la mitad, y que utilizan como embudo, para atraer a sus clientes. Haider ahora paga unos diez dólares para llenar su deposito en el mercado negro, diez veces más que si la comprase directamente de la gasolinera. Durante el régimen de Sadam los iraquíes podían llenar el tanque de su coche por poco más de medio dólar. La crisis afecta también al diesel que se utiliza para los generadores de electricidad, las bombonas de gas para las cocinas y el queroseno para las estufas. Paradógicamente, los americanos, que echan la culpa a la resistencia, han comenzado a importar gasolina desde Turquía y en los próximos días comenzará a fluir desde Kuwait.