La resistencia reanuda en Irak los ataques a helicópteros americanos Más calor que miedo

La resistencia iraquí continúa hostigando a las fuerzas estadounidenses y ayer reanudó los ataques contra helicópteros. En Faluya, los opositores a la ocupación de Irak lanzaron un misil contra un helicóptero OH-58 Kiowa, que terminó estrellándose aunque si víctimas entre su tripulación. La División Aerotransportable 82 envió una fuerza de reacción rápida por tierra y aire mientras un segundo helicóptero permaneció en el lugar para proporcionar seguridad. El equipo de rescate salvó a los dos pilotos, que salieron por su propio pie. En Faluya viven unas 300.000 personas, muchos de los cuales trabajaban para las fuerzas de seguridad del antiguo régimen. Es una de las localidades más conflictivas para las tropas estadounidenses en Irak, donde se registran la mayoría de los ataques contra las fuerzas de ocupación. La localidad se benefició económicamente con Sadam, también un suní, y hoy en día es considerada baluarte de los seguidores del depuesto presidente. Al menos 58 soldados estadounidenses y un traductor iraquí resultaron heridos ayer en un ataque suicida con coche bomba cerca de Mosul. Estas noticias coinciden con la histórica y controvertida decisión del Gobierno japonés de enviar tropas a Irak. El gabinete de Koizumi aprobó un «plan básico» de despliegue de soldados en un Consejo de Ministros extraordinario que duró sólo cinco minutos. Ésta será la primera vez que Japón envía tropas en un país aún en guerra desde la II Guerra Mundial. La Constitución pacifista del Japón, promulgada en 1946, le impide en principio participar en guerras. Los militares que llegaron ayer a la Base de Zaragoza después de pasar cuatro meses en Diwaniya (Irak) aseguran que no han pasado miedo durante una misión que, sin embargo, han coincidido en calificar de «dura». Las condiciones climáticas (hasta 68 grados por el día y más de 40 por las noches), los problemas de seguridad, la dificultad en la comunicacióny la separación de sus familias son las principales dificultades que han tenido que pasar. «Irak es un país machacado», comentaban ayer. Sus familias respiran ya aliviadas. En la foto, una niña se abraza a su padre en la base de Zaragoza. | agencias