La revancha de Bush

Después de un año largo buscando aliados para su guerra en Irak, Estados Unidos ha decidido adoptar medidas más agresivas para convencer al mundo de que tiene que invertir en la batalla: los países que no contribuyan a la causa militar verán a sus empresas vetadas en los suculentos contratos de la reconstrucción. La arbitraria adjudicación de contratos en Irak ya había hecho sospechar que se pagaban lealtades con la reconstrucción iraquí. Aunque la Casa Blanca lo niegue, ayer quedó más patente que nunca. La Casa Blanca defendió con uñas y dientes su polémica decisión de restringir la participación en la reconstrucción de Irak a empresas pertenecientes a países que como España apoyaron a Estados Unidos frente a la guerra. «Es una política apropiada y razonable ya que los contratos para la reconstrucción están financiados por los contribuyentes norteamericanos y por eso deberían ir al pueblo iraquí y a aquellos países que están trabajando junto a nosotros en la difícil tarea de construir un Irak democrático, libre y próspero» explicó el portavoz presidencial Scott McClellan tras la lluvia de críticas expresadas por la comunidad internacional. Una jugosa tarta La decisión de Washington se conoció el martes, cuando en la web del Pentágono apareció una directiva firmada por el subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz en la que se anunciaba que sólo podrían aspirar a obtener un contrato financiado con los 18.000 millones que aprobó el Congreso norteamericano para la reconstrucción de Irak los países aliados de Washington. «Restringir las licitaciones es necesario para la protección de los intereses de seguridad de los Estados Unidos» aseguraba la directiva. En un giro que ha sido interpretado como una simple venganza contra los países que se opusieron a la invasión de Irak, McClellan no tuvo reparo en admitir que si alguien quiere hacerse con un trozo del suculento pastel económico tendrá que enviar tropas a Irak. El contraataque está ya en marcha. La UE investiga esta exclusión de Francia, Rusia y Alemania por si esta decisión de Estados Unidos viola las normas de la OMC que estipula que las licitaciones públicas no pueden ser discriminatorias en función de la nacionalidad de la empresa.