Diario de León

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Berlín quiere más reconocimiento Berlín quiere más reconocimiento

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Domingos Sampedro - corresponsal |bruselas
León

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La futura Constitución Europea ya sólo depende que de los líderes decidan un nuevo reparto del poder en el seno del Consejo, una cuestión suscitada básicamente por Alemania, que tiene la necesidad de ser reconocido como el gran país que es de Europa. 1 ¿Es necesaria una Constitución para Europa? En realidad, no era la Constitución lo más urgente de la Unión Europea (UE), sino unas reglas claras para poder gobernar una vasta organización de hasta 27 países sin caer en la parálisis. Y el debate constitucional no podía eludir el delicado asunto del reparto de poder entre estados, máxime cuando hay capitales, como Berlín, que consideran que esta cuestión no quedó bien zanjada en Niza. 2 ¿Por qué se revisa el Tratado de Niza antes de aplicarlo? El primer ministro sueco, Göran Persson, dio ayer la respuesta al manifestar que el problema de Europa no es España, sino Alemania, que necesita ser reconocido como el mayor país que ciertamente es de Europa. Berlín no consiguió este propósito en Niza, porque el pánico de los franceses a perder protagonismo lo impidió. El resultado de Niza está ahí: Francia y Alemania pesan casi igual en la UE, pese a que el último país tiene 24 millones de habitantes más. 3 ¿Qué pierde exactamente España con la Carta actual? Pierde sobre lo ya perdido. En Niza aceptó renunciar a 14 eurodiputados y a un comisario para preservar un poder en el Consejo que, de facto, casi lo equipara a los grandes países. Y la única ventaja que logró en el año 2000 es lo que se le quiere recortar ahora con la fórmula que abandera la Constitución, que es la mejor para que el eje franco-alemán siga controlando el destino de la gran UE. 4 ¿Cómo se podría compensar al Gobierno español? Se hablaron de soluciones como darle más eurodiputados, o dos comisarios en Bruselas. Pero el «ser o no ser» para Madrid es el Consejo, el lugar donde se toman las decisiones. La clave está en saber jugar con los porcentajes de voto en esta institución para que, sin que Francia y Alemania vean lesionados sus intereses, España mantenga lo que Berlusconi califica de «prestigio nacional». 5 ¿Y Reino Unido, en qué bando juega? El premier británico, Tony Blair, tiene, como en casi todo, una postura muy suya. Hace guiños a la posición de Aznar y el polaco Lezek Miller, pero también se aproxima a Schröder y Chirac. En Bruselas, muchos interpretan este «baile» como una especie de mediación. Pero otros tantos no tienen dudas de que Blair está a lo que está, a resolver con guante blanco las cuestiones que atañen al Gobierno de su Majestad.

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