Berlusconi, que presentó cuatro propuestas, no logra que los bloques de Alemania-Francia y España-Polonia cedieran
El fracaso por la lucha de poder deja a la UE de los 25 sin una Constitución
Aznar se niega a señalar a los culpables del estrepitoso desacuerdo europeo
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, confió a «un milagro» el consenso para regalarle a los europeos su primera de la Constitución, pero ayer en Bruselas no se obró milagro alguno. Los líderes comunitarios fracasaron estrepitosamente en su intento de repartirse el poder que tendrá cada país en una gran Europa ampliada a 25 estados, algo de que lo que españoles y polacos, por un lado, y franceses y alemanes, por el otro, se responsabilizaron mutuamente. «No creo que convenga hablar de responsabilidades», imploró Berlusconi con un visible gesto de agotamiento, no en vano admitió que nunca en su vida había trabajado tanto como en los últimos cuatro meses. La posibilidad de las que negociación fracasara «era un escenario posible», recordó el presidente español, José María Aznar, que en tres ocasiones distintas tuvo que repetir ante los periodistas que no señalaría «a nadie con el dedo» para culparle de lo ocurrido. El mandatario francés, Jacques Chirac, también argumentó que «no es un drama» que se aparcase el debate constitucional. La presidencia italiana se esforzó ayer en presentar varias propuestas a las delegaciones para dar con la solución. Hasta cuatro intentos, proponiendo aprobar toda la Constitución y reservando para más adelante el delicado asunto del reparto de poder, algo que Alemania, que desea que se le reconozca un peso acorde a su población, rechazó de raíz. O modificar el Tratado de Niza dándole más poder a Berlín y un poco menos a Madrid y a Varsovia, algo que ni Aznar ni el polaco Miller asumirían. O aprobar una doble mayoría algo menos ventajosa para España pero retrasando su aplicación al 2014. «Las cosas tienen su punto de maduración», razonó Aznar. Y ayer, las cosas estaban muy verdes. «España no pudo estar más abierta. Hizo varias propuestas pero no había el punto de maduración suficiente» JOSÉ MARÍA AZNAR Presidente del Gobierno español «Hay diferencias de cul-tura entre quienes tienen una larga experiencia de la UE y los que no» JACQUES CHIRAC Presidente de la República francesa «Dos países no podían moverse. España por tradición y Polonia por problemas internos» GERHARD SCHRÖDER Canciller alemán A pesar del fracaso de ayer, los líderes de la UE formalizaron un acuerdo sobre las sedes de la agencias europeas, un asunto bloqueado durante los últimos dos años. Vigo será sede de la de Pesca e Italia, finalmente, albergará la de Alimentación, la más codiciada y a la que aspiraba Barcelona. El presidente Aznar, reconoció implícitamente que España ha cedido para poder llegar a un acuerdo sobre el reparto de la Agencias. Aznar también informó de que la nueva agencia de Vigo comenzará a funcionar a principios del 2004. El acuerdo, alcanzado de forma inesperada, se refiere a todo el paquete de agencias u organismos europeos, bloqueado desde la cumbre de Laeken (Bruselas), en diciembre de 2001. Italia se queda en Parma con la Agencia de Seguridad Alimentaria, la más apetecible y codiciada por todos, y a la que también optaba como candidata Barcelona. Otra de las ciudades que aspiraba a acoger esta sede, Helsinki (Finlandia), ha conseguido la Agencia de Control de Productos Químicos. La lista se completa con la Agencia de Seguridad Marítima, para Lisboa; la de Seguridad Aérea, para Colonia; la Escuela Europea de Policía, para Londres; el Centro Europeo de Enfermedades Transmisibles, para Suecia; la red de Información y Seguridad, para Grecia; la Agencia de Seguridad del Ferrocarril, para Lille (Francia), y la sede de Eurojust para La Haya.