De enemigo a aliado

La captura de Sadam Huseín podría convertir al dictador en el mejor de los aliados del presidente Bush. Durante los últimos ocho meses la ocupación de Irak se ha traducido en un desastre económico que no ha conseguido siquiera frenar el auge de la violencia terrorista. La reconstrucción se desarrolla con lentitud, el gobierno iraquí no funciona y la comunidad internacional le ha dado mayoritariamente la espalda a los EE.UU. La imagen del rostro cansado y perplejo de un Sadam Huseín en cautiverio que bombardeó ayer los hogares nortemericanos, podría darle a Bush la oportunidad de resarcirse de todos sus males. Es muy posible que le ayude a recuperar la popularidad perdida durante los últimos meses, ayudándole de cara a las próximas elecciones pero además, como indicaban ayer diversos analistas, la captura de Sadam obligará a los candidatos demócratas a silenciar durante una temporada sus ataques contra la Administración Bush. Bush tendrá que ser muy cauteloso con los pasos a seguir. Es posible que el arresto de Sadam tenga un efecto neutralizador contra los ataques terroristas en Irak, aunque eso no significa que el país vaya a vivir una inmediata pacificación. Por eso ayer desde el Herald Tribune se invitaba Bush a no perder esta oportunidad para intentar involucrar a la comunidad internacional en la reconstrucción de Irak y facilitar así el regreso de las Naciones Unidas. Bush tiene ahora en sus manos una oportunidad de oro para expurgar sus pecados ante la comunidad internacional.