Diario de León

El ex dictador, que estaba con dos guardaespaldas, no opuso resistencia pero ni miró ni habló a ninguno de sus captores

EE.UU. encuentra metido en un zulo a un Sadam decrépito, humillado y vencido

El «enemigo público número dos» de Bush fue capturado sin un tiro en Tikrit por 600 soldados. Análisis:

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agencias | madrid
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«Señoras y señores, lo tenemos». El jefe de la administración civil estadounidense en Irak, Paul Bremer, apareció ayer ante el mundo emocionado, con los ojos vidriosos, para anunciar una noticia que su país y medio mundo ansiaba desde hace nueve meses. A esa hora, la una de la tarde en España, se confirmaba oficialmente la gran noticia: Sadam Huseín había sido capturado por tropas estadounidenses, mientras dormía en un zulo practicado bajo una choza de barro en la aldea de Adwar, 15 kilómetros al sur de Tikrit, su feudo, su lugar de nacimiento y también su refugio. Minutos más tarde, el general norteamericano Ricardo Sánchez, jefe de las fuerzas de Estados Unidos en la zona -tras difundir las primeras imágenes de la operación Amanecer Rojo- mostraba al mundo un video del ex dictador en el momento de su detención. Con una poblada barba, el cabello crecido, el rostro adelgazado y avejentado, humillado y vencido, el enemigo público número 2 de George W. Bush pasaba sus primeros exámenes médicos. Un médico analizó a fondo la dentadura de Sadam para comprobar que no escondía ninguna cápsula de veneno para suicidarse. A esa hora, los responsables militares disponían ya de las pruebas de ADN que confirmaban que aquel sexagenario iraquí, hirsuto y desaliñado, no era ningún doble sino el mismísimo As de picas de la baraja del Pentágono. Él mismo, en persona. Preso en una base de Qatar Sadam Huseín estaba en un agujero de 1,82 metros de profundidad cavado en el suelo de una granja de adobe, muy cerca de sus antiguos palacios de Tikrit. Llevaba consigo una pistola, que no utilizó, y no se dirigió en ningún momento a los soldados norteamericanos que lo capturaron. Sadam fue trasladado en un helicóptero a algún lugar al sur del país bajo custodia estadounidense, a la espera de ser juzgado por un tribunal iraquí. El Pentágono confirmó que el líder iraquí está ya en «un lugar secreto», pero se negó a confirmar o desmentir informes de la televisión árabe de que éste había sido llevado a Qatar. Al cierre de esta edición, «expertos en interrogatorios a detenidos» preguntaban a Husein sobre las armas de destrucción masiva y los ataques de guerrilla que han afectado la labor de las tropas de la coalición. La detención fue fruto, según aseguraron Bremer y Sánchez, de los análisis de la inteligencia norteamericana, no de una delación a cambio de los 25 millones de dólares de recompensa. Sin embargo, no es fácil creer a pies juntillas esta afirmación y hay quien asegura que fue delatado por un familiar. La versión oficial de la captura relata que la operación Amanecer Rojo se llevó a cabo con la participación de 600 soldados de la Cuarta División de Infantería y de las Fuerzas Especiales, quizá auxiliados por peshmergas kurdos. El sábado por la tarde, este contingente se presentó en Adwar, al sur de Tikrit, y peinó un grupo de edificios donde, según sus informaciones, se encontraba el ex dictador, camuflado como comerciante. Un primer registro resultó infructuoso. Sin embargo, antes de volver a sus bases, los militares se percataron de la presencia en la zona de una choza de barro que despertó sus sospechas. Dentro encontraron un agujero camuflado en el subsuelo. Era un zulo para la altura de un hombre con una altura máxima de 1,82 metros, de apenas 1,80 de largo, rodeado de suciedad y dotado de un respiradero artesanal. En ese momento, sobre las ocho de la tarde, hora local, una persona dormía en su interior. Era Sadam Huseín. Llevaba pistola pero no opuso resistencia. La operación se completó en una hora. No se disparó un solo tiro. Armado y con guardaespaldas Con Sadam se encontraban dos guardaespaldas, armados con fusiles de asalto AK-47, que depusieron las armas de inmediato. En la granja había, además, un taxi y una caja con 750.000 dólares en billetes de cien. Al parecer, Sadam había llegado al lugar ese mismo día, ya que se desplazaba continuamente entre 20 ó 30 lugares similares, en los que se escondía desde hace meses. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, se puso en contacto con George W. Bush para comunicarle la noticia. El primer ministro británico, Tony Blair, fue informado también de inmediato. Después, Bush se colgó al teléfono y habló con varios líderes, entre ellos Aznar. Sadam Huseín podría estrenar el Tribunal especial contra crímenes de Guerra que el Consejo de Gobierno iraquí creó precisamente el pasado miércoles, pero de momento no está muy claro quién y cuándo lo van a juzgar. El primer ministro británico Tony Blair parece estar de acuerdos in embargo Bush, fue ayer bastante menos explícito y se limitó a indicar que la captura de Sadam permitirá que «el dictador afronte la justicia que él negó a millones» de iraquíes. Con la captura de Sadam Huseín, el As de picas de la baraja inventada por el Pentágono, a Estados Unidos sólo le quedan por encontrar 14 cartas de las 55 de las que consta la lista. De los 41 capturados o muertos, dos se entregaron a las tropas, dos fueron asesinados (los hijos de Sadam) y el resto fueron capturados, la mayoría de ellos en los días que siguieron al fin de la guerra. EE. UU. intentó en varias ocasiones acabar con la vida de Sadam o derrocarlo. Tanto, que se convirtió en una auténtoca obsesión para la CIA. Hasta ayer, no lo lograron. Nada más conocerse la noticia de la detención de Sadam, muchos dirigentes internacionales dijeron tener la convicción de que, a partir de ahora, el movimiento de la resistencia iraquí tenderá a debilitarse. Un gran número de expertos, sin embargo, consideran que la guerrilla iraquí no tiene ya una vinculación directa con el antiguo dictador y que, por tanto, las acciones en contra de las tropas de ocupación continuarán llevándose a cabo hasta la total liberación del país. Una resistencia con incógnitas Los especialistas rusos, que conocen bien la realidad iraquí gracias a decenios de estrechas relaciones entre Moscú y Bagdad, son algunos de los que sostienen ese punto de vista. Ninguno de los muchos estudiosos del tema ha sido capaz de establecer hasta la fecha una tipología de la resistencia iraquí ni de dar una cifra del número de activistas que la constituyen. Se tiene la certeza de que muchos de sus miembros proceden de la Guardia Republicana y de los fedayines de la Guardia Especial, reclutados en su mayoría entre los habitantes de Tikrit. Las milicias del partido Baaz parece que también constituyen un destacamento importante del maquis iraquí. La resistencia cuenta con un fuerte apoyo popular. Pero, según informaciones de los servicios secretos estadounidenses, a Irak están acudiendo yihadistas de todos los países árabes. Se trata de un movimiento parecido al que tuvo lugar en Afganistán durante la ocupación soviética, cuando apareció Al Qaida.

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