«¿Por qué no te pegaste un tiro, cobarde?»

Apenas unas horas después de que soldados estadounidenses detuvieran a Sadam, cuatro miembros del Consejo Iraquí tuvieron la oportunidad de visitar, durante media hora, al ex dictador. Nada más verle, Mowaffak al-Rubaie le espetó: «Tenías dos fusiles AK47 y una pistola. ¿Por qué no te pegaste un tiro cuando te detuvieron? Eres un cobarde». Sadam dio la callada por respuesta. Los cuatro elegidos se montaron en un helicóptero junto a Paul Bremer, administrador de EE.?UU. para Iak, y el general Ricardo Sanchez, máximo responsable del ejército de Estados Unidos en el país. Tras un corto viaje a un lugar que no han querido hacer público, llegaron a la base donde los soldados estadounidenses mantienen capturado al ex mandatario. Según declararon los miembros del Consejo al periódico The New York Times , el dictador estaba en una pequeña sala, sentado en una hamaca metálica del ejército, y se acababa de despertar de una siesta. Huseín estaba «cansado y demacrado» y mostró una actitud «desafiante y sin remordimientos». El objetivo de la visita era que los miembros del gobierno provisional iraquí pudieran ayudar al Ejército estadounidense a identificar al detenido. Todos ellos conocían a Sadam personalmente, y algunos de ellos, como al-Rubaie, fueron incluso torturados por el dictador. Precisamente por ese motivo, el general Sanchez, máximo responsable de las fuerzas estadounidenses en Irak, preguntó a los políticos si querían ver al dictador en persona o preferían hacerlo «a través de una ventana o de imágenes grabadas por una cámara de televisión». Todos ellos quisieron entrar en la pequeña celda donde Huseín descansaba. Ni arrepentimiento ni armas El dictador iraquí sólo reconoció a Adnan Pachachi. «Tú eras ministro de Exteriores de Irak. ¿Qué estás haciendo con esta gente?», le espetó Sadam Huseín, quien también le pidió que le presentara al resto de los presentes en la sala. Durante la corta entrevista, Sadam no se arrepintió en ningún momento de los crímenes que había cometido, aunque sí que negó poseer armas de destrucción masiva. Además, según Pachachi, el ex mandatario iraquí no se atribuyó directamente los actos terroristas protagonizados por la resistencia, aunque sí intentó atribuirse parte del crédito por ellos. «Trató en todo momento de justificar sus crímenes asegurando que era un mandatario justo y firme», aseguró Pachachi. «Nosotros, por supuesto, le respondimos que era un gobernante injusto que era responsable de la muerte de miles de personas». Durante el encuentro Huseín se mostró calmado y habló en francés y, según el general Sanchez, se mostró en todo momento «respetuoso» con los americanos. Mientras, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) está analizando si la difusión de imágenes de Sadam Husein tras su captura por las tropas estadounidenses vulnera en alguna medida la III Convención de Ginebra sobre protección de los prisioneros de guerra, pero no hará ninguna declaración pública. ya que sólo se lo comunicará a Bush. El CICR es el órgano encargado mundialmente de asegurar que los derechos de los prisioneros de guerra están protegidos.