Los atentados contra los soldados norteamericanos se han reducido desde su detención
La captura de Sadam provoca una oleada de detenciones en Irak
El ex presidente iraquí se alimentó durante meses de chocolate y cambió de sitio 30 veces
La captura del ex presidente iraquí, Sadam Huseín, la pasada semana ha provocado una ola de detenciones por parte del ejército estadounidense. Según el mando norteamericano, en las últimas 48 horas sus soldados han arrestado a mas de un centenar de personas en la conflictiva ciudad de Samarra, en el centro del denominado «triángulo suni». Quince de los arrestados están considerados miembros destacados en la dirección de la resistencia y la planificación de ataques contra las fuerzas de la coalición, añadieron las fuentes. Los ataques contra las fuerzas de ocupación han descendido en los últimos días, tras la detención de Sadam. Desde entonces, sólo un soldado norteamericano ha perdido la vida a causa del fuego enemigo, mientras que más de 200 han muerto desde que el pasado uno de mayo la Casa Blanca anunciara el fin de los grandes combates. Chocolate y frutas Sadam Hussein evitó durante meses a los estadounidenses escondiéndose en 20 ó 30 lugares distintos en la región de Irak dominada por los suníes y alimentándose con barras de chocolate y frutas enlatadas, según informó ayer el diario The New York Times . Desde la caída de su gobierno el 9 de abril a manos de los estadounidenses, fue protegido por una red de relaciones familiares que le entregaba información procedente de todo el país, según afirma el diario. Sadam Husein utilizaba una red oral de mensajeros que transmitía mensajes a células de su partido, el Baas, lo que le permitía guiar el movimiento de resistencia contra la invasión. El líder iraquí se reunió en varias ocasiones con sus hijos Udai y Qusai, antes de que los estadounidenses los mataran en julio en la ciudad de Mosul, aseguró The New York Times . Los estadounidenses lograron reconstruir estos movimientos en base a los interrogatorios de personas cercanas a Sadam Husein, miembros del Baas, documentos confiscados y escuchas telefónicas, añade el diario. Grupos de insurgentes atacaron un tramo de oleoducto al norte de Bagdad y una instalación de almacenaje de gasolina al sur de la capital en un fin de semana marcado por los arrestos y la calma. El sábado hombres a bordo de un vehículo descubierto dispararon varias granadas contra tanques de petróleo, informó ayer el portavoz del Ministerio iraquí de Petróleo, Issam Yihad. «El fuego desatado consumió más de once millones de litros de gasolina que allí estaban almacenados. La Policía iraquí investiga este sabotaje», se limitó a detallar.