El proyecto choca con la oposición frontal de su propio partido y de los nacionalistas
El Plan Sharon prevé la retirada de miles de colonos de Gaza y Cisjordania
El primer ministro de Israel pretende la desconexión económica de israelíes y palestinos
El plan unilateral elaborado por el primer ministro israelí, Ariel Sharon, presentado oficialmente el pasado jueves para ser aplicado en el caso de que la Autoridad Palestina no aplique «al pie de la letra» la primera fase de la Hoja de Ruta, prevé la retirada de miles de colonos de Gaza y Cisjordania, así como la desconexión económica entre israelíes y palestinos, impidiendo la entrada de trabajadores palestinos a suelo israelí, y tratando de vincular la economía palestina a la de Jordania y Egipto. Pero el proyecto, sobre todo por el espinoso tema de los colonos, no cuenta con demasiados aliados dentro de su propio partido, el Likud, cuyo sector más derechista se opone frontalmente, y mucho menos en el seno de los partidos nacionalistas que conforman actualmente la coalición de gobierno. El viceprimer ministro israelí, Ehud Olmert, aseguró ayer ante el consejo de ministros, en su habitual reunión semanal de los domingos -primer día laborable del calendario judío- que «decenas de miles de colonos» podrían ser trasladados por el repliegue de las fuerzas israelíes previsto en el plan de Sharon. «Será un proceso doloroso que nos romperá el corazón, y que puede llevar a una confrontación de proporciones desconocidas en la vida de este país», advirtió Olmert mientras el ministro de Agricultura, Israel Katz, auguraba que el plan «hará perder las elecciones al Likud», al tiempo que exigía un debate sobre el tema, algo que ha descartado tajantemente el primer ministro. Sharon tampoco cuenta en principio con el respaldo de EE. UU., que se opone a la cualquier decisión unilateral que ponga en peligro a la Hoja de Ruta. Dentro del capítulo económico, Sharón prevé impedir la entrada de trabajadores palestinos a Israel, por lo que antes deberá reactivar la demolida economía palestina después de tres años de Intifada y vincularla con sus vecinos árabes, informa el diario Haaretz . Para ello, y aunque bajo su control, Israel mantendrá abiertos los pasos fronterizos entre los territorios palestinos, de un lado, y Jordania y Egipto, del otro. En su discurso del jueves el primer ministro israelí aseguró que «en coordinación con Jordania y Egipto, consideraremos mantener abiertos al libre paso de mercancías y personas los pasos internacionales, a la par que aplicamos las medidas de seguridad necesarias».