Los insurgentes matan a dos soldados americanos en Irak

Dos soldados norteamericanos murieron el domingo y otro par resultó herido de gravedad al ser alcanzado el convoy en el que se desplazaban por el suroeste de Bagdad, en el ataque más sangriento desde que el pasado 13 de diciembre fuera capturado el ex presidente iraquí Sadam Husein. Según el mando militar estadounidense establecido en la capital iraquí, una bomba de fabricación casera hizo explosión al paso del vehículo en el que viajaban los dos militares, acompañados por un chófer iraquí que también perdió la vida. «El teniente general Ricardo Sánchez, jefe del destacamento de EE.?UU. en Irak, ya advirtió que los atentados no cesarían de inmediato con la captura del dictador y que había que seguir alerta y preparados». La calma que parecía reinar en los últimos días en la capital y el norte del país, había hecho albergar esperanzas de que el arresto del derrocado tirano, encontrado desmejorado y agazapado en un zulo, hubiera supuesto un golpe difícil de asumir para los grupos de insurgentes que aún luchan. Desde entonces, y según el mando estadounidense, solo un soldado norteamericano había muerto a causa del fuego hostil, mientras que unos 200 han perecido desde que el pasado uno de mayo la Casa Blanca anunciara el fin de las grandes operaciones bélicas en Irak. Durante el fin de semana pasado, grupos de insurgentes atacaron sendas instalaciones petroleras al norte y el sur de la capital, acciones que no causaron víctimas.