El ladrón de Bagdad

Sadam Huseín ha empezado a cantar. Detenido en algún lugar de Irak, bajo custodia de las tropas norteamericanas, el depuesto presidente iraquí admitió haber sacado de contrabando miles de millones de dólares de Irak. Casi nada... Una fortuna que él mismo calcula en 40.000 millones de dólares. Todos, uno a uno, depositados en bancos extranjeros. Ni uno sólo de esos dólares figura a su nombre. De lo que ha cantado Sadam en los interrogatorios no hay más constancia que filtraciones. Según Iyad Alaui, uno de los 25 miembros del Consejo de Gobierno provisional iraquí, Sadam dio los nombres de las personas que depositaron el dinero en los bancos extranjeros y facilitó además un listado de personas relacionadas con los programas de armamento de destrucción masiva. «Sadam confesó varias cosas, y mantenemos contactos con compañías especializadas en derecho internacional para intentar recuperar el dinero depositado en los bancos de Suiza, Alemania, Japón y otros países», dijo el responsable iraquí. El depuesto presidente iraquí fue capturado el pasado 13 de diciembre por las tropas estadounidenses en su ciudad natal, Tikrit, a unos 170 kilómetros al norte de Bagdad.