Diario de León

Un prestigioso centro de estudios estadounidense acusa a Washington de exagerar la amenaza

Bush desmantela en Irak el equipo que buscaba las armas de Sadam

Lingüistas y analistas escudriñan ahora una montaña de documentos en busca de una pista

ALI JASIM

ALI JASIM

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Mercedes Gallego - nueva york
León

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¿Se ha dado Estados Unidos por vencido en la búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak? Eso es lo que parece sugerir la retirada del equipo de 400 hombres que las han buscado durante ocho meses. Hace tiempo que el presidente George W. Bush dejó de hablar de las polémicas armas que sirvieron de argumento para invadir Irak, pese a que íntimamente se dice que sigue convencido de su existencia. La captura de Sadam Husein parecía ser la última oportunidad de encontrar la ubicación de las temibles armas, pero aparentemente el dictador sólo ha confirmado que fueron destruidas en 1991. La retirada de este equipo se ha producido en silencio. Quedarían en Irak aproximadamente un millar de hombres cuyas labores previstas consistían en desmantelar y destruir las armas de destrucción masiva, que no han sido encontradas. Por tanto, los hombres del Grupo de Desechos «siguen esperando algo que desechar». La mayor parte de los nuevos lingüistas y analistas de fuentes de inteligencia que habían sido asignados recientemente al grupo para fortalecerlo están actualmente trabajando en tareas relacionadas con combatir la insurgencia iraquí. Y aunque parezca que ha llegado el momento de darse por vencido, el Gobierno de Bush se aferra a lo que puedan contener millones de documentos recogidos a lo largo y ancho de Irak por estos equipos. El material ha ido a parar a un almacén de Qatar, sede de la comandancia central, donde los lingüistas y analistas del Gobierno se dedicarán a traducirlo y analizarlo durante meses en busca de alguna pista que aclare el paradero de las presuntas armas de destrucción masiva. Es tanto el material recogido que, si se pudiera amontonar, «la columna alcanzaría las diez millas de altitud» (16 kilómetros). Estados Unidos sostiene que el Gobierno de Sadam poseía esas armas pero las escondió o las sacó fuera del país para que no se descubrieran. En contra de esta versión se alza un informe de la organización Casrnegie Endowment for International Peace que será hecho público hoy. En él se concluye que es «improbable» que Irak hubiera podido hacer eso «sin que Estados Unidos detectase alguna señal de actividad» El hombre que dirige o dirigía el grupo en desmantelamiento, David Kay, se encuentra en este momento en Washington sin que se sepa cuáles son sus funciones. Kay se ha negado a hacer ninguna declaración. En octubre, en un informe interno provisional, Kay admitió que no había encontrado las mencionadas armas pero dijo tener evidencias de que Sadam pretendía desarrollarlas. Varias comisiones del Congreso preparan informes en los que se concluye que el Gobierno de Bush y las agencias de inteligencia «sobrestimaron la amenaza que representaban las armas ilegales de Irak». También los colaboradores de Sadam exageraron sus logros sobre armas de destrucción masiva y prometieron resultados que no podían lograr, todo para complacer al dictador y obtener ascensos. Ésa es hasta ahora la versión más creíble de lo que ha ocurrido. El primero de cientos Estados Unidos puso ayer en libertad al primer grupo de prisioneros iraquíes que habían sido detenidos e internados en centros de reclusión sin cargos. Los 60 presos -algunos se enteraron de que iban a quedar libres tan sólo unos minutos antes- salieron de la cárcer de Abu Gharib, a unos 15 kilómetros de Bagdad, montados en dos camiones. Los dos vehículos fueron inmediatamente alcanzados por la multitud y los periodistas y sus pasajeros, vitoreados como héroes. El Gobierno de Bush anunció 24 horas antes que liberará a 600 de los miles de detenidos. En la foto, un prisionero se abraza a sus hermanos.

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