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Prolongados hasta hoy los debates sobre el texto final de la discutida declaración de Monterrey

Bush intenta en reuniones bilaterales limar las diferencias con AméricaLatina

El enfoque del libre comercio y la lucha contra la corrupción centran el debate entre los países

La policía refuerza la entrada al centro de reuniones en Monterrey donde se celebra la cumbre

Publicado por
Milagros López de Guereño - monterrey
León

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Las desavenencias registradas durante la redacción de la Declaración de Monterrey de la Quinta Cumbre Extraordinaria de las Américas, centradas fundamentalmente en el enfoque del libre comercio y el combate contra la corrupción, pusieron de manifiesto la brecha existente entre Estados Unidos y América Latina. El presidente norteamericano, George Bush, llegó ayer a la ciudad mexicana para encontrarse con los gobernantes de una región que ha cambiado sustancialmente desde la cumbre de Quebec del año 2001. Los nuevos presidentes de Brasil, Lula da Silva, y de Argentina, Néstor Kirchner, se oponen a las políticas de Washington y el venezolano Hugo Chávez es abiertamente hostil. El subsecretario para América Latina de la cancillería de México, Miguel Hakim, admitió que las discusiones sobre la declaración final podrían prolongarse hasta hoy cuando finalizará el encuentro de los 34 jefes de Estado y de Gobierno, o sus delegados, que aterrizaron en una ciudad fuertemente vigilada. Brasil se opone a mencionar en el texto final los plazos de implementación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), cuyo comienzo estaba previsto para el año 2005. Venezuela lidera la movilización contra la cláusula propuesta por Estados Unidos: expulsar del sistema interamericano a los países corruptos. Reuniones bilaterales La gobernabilidad democrática, la equidad y el desarrollo social son los grandes temas de una cumbre en la que lo más significativo son las reuniones bilaterales de Bush con los presidentes de México, Chile, Argentina, Brasil y Bolivia. La reducción, en un 50%, de los costos de las remesas enviadas por los emigrantes latinoamericanos a sus familias, cerca de 40.000 millones de dólares, es otro de los asuntos más concretos de la declaración, sobre la que no es fácil ponerse de acuerdo. Asimismo, la redacción del texto final se estancó en la definición de un Fondo Humanitario de Desarrollo. Los presidentes de los países revisaron ayer el documento final de la cita, que tendrá un fuerte contenido social y cuya redacción coincidirá con las grandes postulados sobre democracia y justicia presentes en las anteriores citas, que arrancaron en Miami en el año 1994. No se contemplan, sin embargo, mecanismos que aseguren el cumplimiento de los compromisos adquiridos. Las disputas sobre el contenido de la cumbre enfrentaron a Washington con Caracas, Brasilia y Buenos Aires, aunque, según la Organización de Estados Americanos (OEA), las fricciones no llevarán al fracaso de la reunión. «Hay mucha voluntad política detrás de todo y estas fricciones van a superarse», dijo el secretario de la OEA, César Gaviria. Washington propuso vincular la capacidad de pago de la deuda de un país a su crecimiento económico, iniciativa aplaudida por Argentina.