Multimillonario con sed de protagonismo

«Tengo la experiencia para convertir América en un lugar más seguro y más fuerte en estos peligrosos momentos y creo que lo que la gente quiere es una mano firme y con experiencia que gobierne la nación. Yo se lo puedo dar». Con estas palabras arrancó ayer John Kerry su campaña en New Hampshire, un estado en el que de momento sólo tiene el segundo puesto en las encuestas, a gran distancia del favorito, Howard Dean y donde el general Wesley Clark le pisa los talones. Este hombre de 60 años, que apoyó la invasión de Irak y una vez en campaña, se opuso a financiar la reconstrucción iraquí, no es alguien particularmente admirado ni siquiera dentro de su propio partido ya que su imagen es ambigua y contradictoria pero tiene el respeto y la experiencia que le otorgan sus veinte años como senador, algo que el electorado aprecia, como se ha demostrado en Iowa. Pero otros no acaban de confiar en un hombre casado con una mujer multimillonaria (que por las leyes electorales no puede financiar plenamente su campaña) que fue condecorado dos veces en Vietnam. Curtido en las moquetas Entre sus propuestas electorales destaca la de mejorar la asistencia sanitaria y educativa del país, aunque sean bastante similares a la mayoría de los candidatos pero en su caso, tratándose de un hombre curtido en los pasillos de Washington, sus oponentes sabiamente le acusan de no poder cumplirlas por estar sometido a los intereses de las multinacionales, que dominan con sus lobbies la política doméstica y dificultan ese tipo de iniciativas. New Hampshire, un Estado tradicionalmente independiente, que se deja influenciar muy poco tanto por los resultados de Iowa como por lo que digan las encuestas, será un terreno difícil para el que lleva veinte años siendo senador de Massachusets, un hombre que no debería utilizar aquí el mismo discurso que le hizo ganar puntos en Iowa, el de su pasado militar y de héroe de guerra cuando se enfrenta a un general como Clark, cuyo punto fuerte es precisamente su experiencia en seguridad nacional. Kerry, quien tuvo la habilidad política de protagonizar un emotivo reencuentro con un hombre al que había salvado en la guerra de Vietnam a dos días de las elecciones de Iowa, necesitará más argumentos que el de su experiencia militar para enfrentarse a Clark.