Los demócratas apuestan por un héroe de Vietnam para dar la batalla a Bush

«Iowa, I love you» (Iowa, te quiero). Con esta declaración de amor John Kerry se dirigió por primera vez a los iowanos el lunes por la noche tras ser declarado ganador de los caucus con los que se dio el pistoletazo de salida a la nominación del candidato demócrata a la Casa Blanca. La aplastante victoria del senador de Massachusetts en Iowa, que consiguió el 37% del apoyo de los delegados escogidos, dejaba al que durante semanas parecía el favorito indiscutible, Howard Dean, en un lejano tercer puesto, con el 18% de los votos. Por delante de él se alzó John Edwards, senador por Carolina del Norte, que obtuvo, para su propia sorpresa, el 32% , a pesar de que todas las encuestas le situaban en el tercer puesto. El gran derrotado fue Dick Gephardt, que tras conocer los resultados (sólo el 10%), anunció su retirada de la carrera por la presidencia en un emotivo discurso en el que recordó que «mi lucha por los derechos de los trabajadores termina hoy, pero la lucha no terminará nunca». El candidato con menos recursos económicos hizo oficial el anuncio desde su casa en San Louis y, pese a que se ofreció a ayudar al finalista, no se decantó por ninguno. Ahora todos los ojos están puestos en New Hampshire, donde dentro de siete días se celebrarán las primarias de ese estado, en el que el general Wesley Clark lleva días haciendo campaña para conseguir ganarle terreno tanto a Kerry como a Dean. El voto de Iowa, aún siendo significativo, no es decisivo de cara al de New Hampshire, señalan los analistas, ya que en los últimos treinta años ambos estados han coincidido sólo tres veces en la elección del candidato. Puerta para Bush Una medalla de plata, otra de bronce y tres corazones púrpura. Con todas esas condecoraciones traídas de Vietnam y el apoyo de muchos veteranos de guerra, el senador de Massachusetts sale bien parado de la primera batalla, aunque la guerra se librará en una larga ristra de elecciones, Estado por Estado, en la que las bases del partido decidirán quién dará la batalla en noviembre al actual mandatario George W. Bush. Kerry, que ha sido considerado por la mayoría de los votantes demócratas como el hombre que más posibilidades tiene de vencerle, prometió que su victoria será «el principio del fin» del presidente que ha hecho «la política exterior más arrogante, inepta, temeraria e ideológica de la historia de Estados Unidos», afirmó. «Tengo un mensaje para los grandes intereses que lo han puesto en la Casa Blanca: nosotros vamos de camino, vosotros vais de salida, ¡y que no os golpee la puerta al salir!». Y si las estadísticas son las que deciden, será Kerry quien se enfrente cara a cara con Bush por la presidencia. «Estoy deseando decirle que yo sí que sé algo de portaviones», anunció con sarcasmo a sus seguidores.