El candidato demócrata lava su imagen tras el exceso de expresividad

Ser demasiado expresivo no es una «actitud presidencial». Howard Dean así lo reconoció el jueves en el programa de máxima audiencia Primetime de la ABC, donde fue entrevistado por primera vez junto a su mujer en un intento por mejorar su imagen tras el desastroso efecto sobre las encuestas provocado por el exceso de expresividad con el que se dirigió a sus seguidores en Iowa tras conocer su derrota ante John Kerry el pasado lunes. Aunque partía como favorito de cara a las elecciones primarias de New Hampshire, que se celebran el próximo martes, los sondeos se volvieron en su contra apenas un día después de que se emitieran por televisión las imágenes de un vehemente Dean lanzando su chaqueta al aire, arremangandose la camisa con fruición y gritando con el rostro enrojecido: «Esto es sólo el principio, vamos a New Hampshire, a Carolina del Sur, a Arizona, a Nuevo Mexico, a California...y después a Washington DC para recuperar la Casa Blanca, Yeahhhhh!». Monotema de prensa El grito «de guerra» del ex gobernador de Vermont, con el que contestó a su primera derrota electoral, se ha convertido en el monotema de la prensa estadounidense, que ha analizado hasta la saciedad su significado «oculto» - ¿falta de control? ¿exceso de furia? ¿poca profesionalidad? -, lo que ha multiplicado el efecto negativo de una reacción que en otro contexto no hubiera sido tan comentada pero cuya repetición una y otra vez en las televisiones, tanto para parodiarla como para comentarla, ha provocado que John Kerry se le adelante en ocho puntos en las encuestas. «¿Fue una reacción excesiva? Sí, lo fue. [...] No soy perfecto, tengo defectos. Pero digo lo que pienso y creo en lo que digo y estoy dispuesto a decir cosas que molestan pero la gente normal sabe que tengo razón. En otras palabras, me guío por el corazón y no por la cabeza». Dean intentó explicar su reacción durante una entrevista.