Kerry mira a la Casa Blanca

John Kerry consiguió repetir su triunfo de Iowa y alzarse con la victoria en las elecciones primarias de Nuevo Hampshire, adonde acudieron a votar cerca de 200.000 ciudadanos. Consolidado como el candidato favorito tras derrotar por segunda vez a Howard Dean -a quien todos los analistas daban como ganador antes de que se inaugura la batalla por la candidatura demócrata en las urnas hace una semana- Kerry tendrá ahora que enfrentarse a la prueba más dura: la de conseguir los votos de los siete estados que el próximo martes acuden a su cita electoral y que elegiràn a 269 delegados. Y es que el deseo de castigar al presidente Bush por su intervención en Irak estuvieron en mente de siete de cada diez votantes de New Hamsphire, celebradas el martes, que sin embargo decidieron que el senador John Kerry es el hombre que puede ejecutar el golpe en las presidenciales del 2 de noviembre. «Gracias, New Hampshire, por levantar esta campaña y la causa de que este país no es para unos pocos privilegiados», agradeció el ganador. El senador que el año pasado se recuperó de un cáncer de próstata ha prometido en su campaña proporcionar a todos un seguro médico, «como el que tenemos los políticos de Washington». Y ese tema ha resultado pesar aún más que los asuntos de ultramar. Según la macroencuesta encargada a pie de urna por un consorcio de las grandes televisiones estadounidenses, el desencanto con la guerra de Irak ha pesado tanto como la economía. La contradicción que entraña decantarse por Kerry con ello en mente se basa en que el senador fue uno de los que votó a favor de autorizar al presidente Bush para usar la fuerza contra Irak. En el último mes, el legislador de Massachusetts ha relanzado su campaña con un nuevo equipo y los 6,4 millones de dólares que obtuvo al hipotecar su casa, pero sobre todo reinventándose a sí mismo con parte del discurso del candidato al que ha derrotado dos veces en una semana, el ex gobernador de Vermont Howard Dean. Juntos contra Bush «Ahora la campaña se extiende por el pais y yo le pido a los demòcratas de todas partes que se unan a nosotros para derrotar a George W. Bush y la economìa del privilegio» proclamò un relajado Kerry tras conocer los resultados. A pesar de que los últimos sondeos habían anunciado una dura batalla entre el senador de Massachusets y Howard Dean por los votos demócratas, la victoria de Kerry fue arrolladora ya que obtuvo el 39% de los votos mientras que el ex gobernador de Vermont sólo consiguiò el 26%. El general Wesley Clark tuvo que conformarse con el tercer puesto, en el que se situó arañando 839 votos por encima de John Edwards, que quedó en cuarto lugar. Joe Lieberman sólo obtuvo el 9% mientras que Denis Kucinich apenas llegó al 1%. A pesar de que los asesores de ambos les han aconsejado abandonar, ninguno de los dos anunció su retirada. Pese a su triunfo en Nuevo Hampshire, la incertidumbre todavía sobrevuela ciertos estados como Carolina del Norte (donde el senador de aquel estado, John Edwards, encabeza los sondeos) o Missouri. Dean aún tendría alguna posibilidad de alzarse con la victoria si consiguiera ganar el 3 de febrero en Arizona, Nuevo México, Delaware, Oklahoma, Dakota, Missouri o Carolina del Norte, lo que convertiría la campaña por la nominación en una lucha individual entre Dean y Kerry. La espontaneidad de Dean desata pasiones y fobias, mientras que Kerry, que ha sido senador durante cuatro mandatos, es un político curtido que se apega al discurso y puede pecar más de aburrido que de cometer deslices. Sus condecoraciones como héroe de Vietnam le hacen respetable a ojos de los conservadores moderados y le blinda de los ataques republicanos sobre la seguridad nacional.