Israel entrega 400 presos a cambio de tres cadáveres y un empresario

Después de que forenses del Ejército israelí verificaron que los tres cadáveres que Hezbolá entregó en Colonia a los mediadores alemanes correspondían a los tres soldados muertos en octubre de 2000 en la frontera libanesa, y les fue entregado el empresario, que tenían secuestrado, Israel cumplió su parte del acuerdo poniendo en libertad a 401 presos palestinos. Los presos fueron liberados en cinco controles militares que lindan con Cisjordania y la franja de Gaza. Hubo la alegría lógica del encuentro entre los presos y sus familiares y amigos pero en la calle palestina no hubo una alegría especial. El presidente Yaser Arafat difundió una declaración en la que agradecía a Hezbolá el haberse acordado de los palestinos al negociar con Israel, pero añadió que su alegría no será completa hasta que todos los presos que hay en las cárceles hebreas - más de siete mil- sean liberados. Ali Yusef Yahara salía ayer muy temprano de su casa. Poco antes, este palestino de 24 años dejaba grabado un video en el que juraba vengar la muerte de los 8 palestinos asesinados el pasado miércoles por el Ejercito israelí en la ciudad de Gaza. Los servicios de seguridad hebreos no saben a ciencia cierta como consiguió Yahara penetrar en el corazón de Jerusalén dónde subió, poco antes de las nueve de la mañana, al autobús repleto de pasajeros en ese momento. Una vez instalado en la parte trasera del vehículo, y a escasos 150 metros de la residencia oficial del primer ministro Ariel Sharon, Yahara detonaba la fuerte carga explosiva que llevaba consigo. Diez personas, además del suicida, morían en el acto y otras 50 resultaban heridas, varias en estado crítico.