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| Análisis | Consecuencias del fallo |

Jacques Chirac se queda sin su «delfín»

Publicado por
m.e.s. | parís
León

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La condena de Alain Juppé supone un duro golpe para la derecha francesa y especialmente para los planes sucesorios del presidente Chirac, al tiempo que alfombra el camino hacia el palacio presidencial del Elíseo al autoproclamado candidato y ministro de Interior, Nicolás Sarkozy.  El actual presidente decidió apostar por este inspector de  finanzas  en 1976, cuando era primer ministro. Le hizo jefe de campaña, luego ministro de Asuntos Exteriores y le consagró como primer ministro en 1995 ,hasta que el escándalo del  ayuntamiento parisino le salpicó y su  intento de reforma del sistema de pensiones y de la seguridad social le convirtió en uno de los gobernantes más impopulares de los últimos tiempos, tanto que la derecha perdió las elecciones y el socialista Lionel Jospin  le sucedió al frente del gobierno Con el proceso judicial ya en marcha, Juppé se queda en la retaguardia, prefiere la alcaldía de Burdeos a la de París que le propone el presidente.y  se encarga de la difícil tarea de reorganizar la derecha francesa . Tenía previsto volver al gobierno en una próxima remodelación  y  Chirac tenía para él planes incluso más ambiciosos. Ahora, a sus 58 años, le definía como «el mejor entre los nuestros» y además de colocarle a la cabeza del partido mayoritario le había señalado como el  más indicado como su sucesor. La situación roza ahora la catástrofe ante la caída del hombre que consiguió aunar las tendencias  liberal, centrista y gaullista en el seno de la UMP y unos resultados sin precedentes en las últimas legislativas. Ahora, sin su «mano de hierro» en el seno del «partido del presidente», las diferencias amenazan la estabilidad de la derecha. El rompecabezas  puede presentarse tan complicado, con una guerra a cara de perro entre  los dos aspirantes a la sucesión, el primer ministro Raffarin y el titular de Interior, Sarkozy  que no puede descartarse que Chirac sucumba a la tentación de  sucederse a sí mismo y  se presente una vez más a la reelección.