Diario de León
Publicado por
ENRIQUE VÁZQUEZ
León

Creado:

Actualizado:

MEDIO centenar de muertos en la explosión de un coche bomba ayer junto a una comisaría en Iskandaría, al sur de Bagdad en «país sunní». El atentado es otro intento de amedrentar a los iraquíes tildados de colaboracionistas, pues la gente congregada en la puerta de la estación de policía había acudido a recoger y rellenar impresos para ingresar en la nueva policía. El ataque, pues, tiene también importancia táctica: ya han muerto unos trescientos agentes y se quiere perturbar el proceso de creación de fuerzas de seguridad de relevo a la Coalición. Sólo un par de horas antes un hombre bomba había querido asesinar a uno de los jefes tribales más importantes de Irak, Amir Suleiman al-Duleimi, el hombre de la Coalición en Ramadi. Su muerte, teniendo en cuenta el peso de los Duleimi en la estructura clánica tradicional, habría sido un duro golpe, pero el activista sólo pudo autoinmolarse ante su oficina bien custodiada y herir a cuatro de sus guardaespaldas. Los atentados producen algún estupor en términos políticos. Es extraño que una resistencia clásica a la ocupación no vacile ante ataques terroristas muy sangrientos que sólo matan a ciudadanos civiles y desarmados. El peor de los atentados hasta ahora -el que mató hace diez días a más de cien kurdos- había sido percibido de otra manera: con una cruel pero comprobable indiferencia fuera del Kurdistán porque la reivindicación nacional kurda no es popular y suscita algo más que aprensión en el conjunto del país. Este altísimo nivel de violencia y crueldad -ya han muerto desde que empezó la guerra entre diez mil y quince mil iraquíes y 530 soldados norteamericanos- tiende claramente a alterar el calendario político-institucional conocido: fin formal de la ocupación, elección de una asamblea, Constitución, legislativas y... normalidad. Y lo está consiguiendo. El recurso al coche bomba y la aparición de kamikazes ajenos a la tradición sunní sugiere hace tiempo la presencia de extranjeros, combatientes de una Yihad que tendría o no vínculos con Al Qaida. Hay que anotar aquí que el New York Times del lunes reveló lo que podría ser una relación entre uno de los hombres más buscados en el mundo, Abu Musab al-Zarqaui, un jordano, y Osama Bin Laden. La pista que en Irak llevaría a Al Qaida parece dibujarse en los terribles atentados con coche bomba frente a los ataques clásicos a la tropa extranjera, mucho más limitados.

tracking