Inquietud en la UE por la «entente»entre Chirac, Blair y Schröder

A la sintonía entre el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder estaban todos acostumbrados o resignados. La novedad es que al eje franco-alemán se una ahora constantemente el líder británico, Tony Blair, en una especie de entente que provoca grandes recelos en países fundadores de la Unión Europea (UE), como es el caso de Holanda o Italia, y en otros como España y Polonia, que aspiran a ser tenidos en cuenta en el grupo de los grandes. A un mes vista de que los líderes de la Europa de los Veinticinco vuelvan a verse las caras en la cumbre de primavera, que tendrá lugar en Bruselas, Chirac, Schröder y Blair se reúnen hoy en Berlín para preparar la agenda del Consejo Europeo y acercar sus posturas en materia de política económica y social. E temor para el resto de la UE es que Francia, Alemania y Reino Unido -las tres grandes potencias comunitarias- se erijan en un «directorio» con ambición de tutelar el funcionamiento de la Europa ampliada, intención que desmienten tanto desde París como desde Berlín. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Dominique de Villepin, que en más de una ocasión defendió la idea de una Europa de dos velocidades, intentó ayer tranquilizar a sus colegas europeos al asegurar que la reunión tripartita de Berlín no supone la voluntad de crear un «directorio» ni de «confiscar Europa en pocas manos», sino en aprobar el proyecto de Constitución de forma «urgente». Pero esas palabras están lejos de apaciguar los ánimos de personas como el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sensiblemente irritado por no ser tenido en cuenta entre los grandes líderes comunitario, en tanto que su país es uno de los socios fundadores de la UE y, a la postre, cuenta con el mismo poder de decisión que Francia o el Reino Unido. «Es un desastre», manifestó Berlusconi a los periodistas, al ser preguntado sobre la mini-cumbre tripartita. Tampoco en Madrid cae simpático que su tradicional aliado en Europa, el Reino Unido, se eche en los brazos del eje franco-alemán, y en este contexto en el que se enmarca la carta promovida por el presidente español, José María Aznar, firmada también por sus homólogos de Italia, Polonia, Holanda, Portugal y Estonia.