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j.f.a. | rabat
León

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El miembro del consejo de notables del PSOE, Miguel Ángel Moratinos, desveló ayer durante un almuerzo en la Asociación de Periodistas Europeos que José Luis Rodríguez Zapatero y él mismo habían realizado gestiones con altas autoridades marroquíes para «calmar los ánimos» tras las palabras de Trillo y la previsión de que el presidente del Gobierno, José María Aznar, condecore hoy en la base de Rabassa a los componentes de los Grupos de Operaciones Especiales que participaron en la toma de la isla de Perejil en julio de 2002. La irritación marroquí se acrecentaba por el anuncio de una posible visita del propio Aznar a Ceuta. Moratinos desveló que Rodríguez Zapatero habló telefónicamente con un miembro del gobierno marroquí, cuya identidad no quiso desvelar, y él hizo lo mismo con André Azulay, consejero del rey Mohamed VI, y con el embajador en Madrid, Abdeslam Baraka, para aconsejarles una reacción prudente y comedida para preservar las relaciones bilaterales «por encima de la propia coyuntura electoral del Gobierno del Partido Popular» sin caer en sus provocaciones.