Diario de León

Ruge el Rif tras el terremoto

Violentas protestas en Alhucemas por el bloqueo de la ayuda. El caos obliga a los equipos de bomberos a regresar a España sin haber podido actuar en las labores de rescate

Cientos de vecinos de Alhucemas protestan airados por el bloqueo de la ayuda humanitaria

Cientos de vecinos de Alhucemas protestan airados por el bloqueo de la ayuda humanitaria

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Paco Soto - rabat
León

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La población de la provincia de Alhucemas, que se vio duramente golpeada por un terremoto el pasado martes, está desesperada y pide a las autoridades, a las que acusa de ineficacia, que les llegue con urgencia la ayuda humanitaria. La colaboración técnica y la ayuda financiera de la comunidad internacional en las labores de desescombro y rescate de víctimas ha sido rápida y eficaz, la solidaridad popular es importante y la ayuda humanitaria está llegando en grandes cantidades, pero en muchos casos queda almacenada y bloqueada en depósitos municipales y tarda mucho tiempo en ser distribuida. Lo denuncia, por ejemplo, el alcalde de Alhucemas y médico en el hospital Mohamed V de esta ciudad, Mohamed Boudra. El alcalde está «desesperado», porque «la ayuda humanitaria va llegando, pero las autoridades no han sabido organizar los circuitos de distribución». Su compañero de profesión en el mismo hospital, Fouad Ouari, jefe del servicio de urgencias, sabe que el centro hospitalario no está adecuadamente equipado para hacer frente a una catástrofe como la que ha sacudido esta tierra del Rif Oriental, y pide que «llegue rápidamente la ayuda que necesita la gente». Varios centenares de personas se manifestaron violentamente en las calles de Alhucemas para pedir mayor rapidez y coordinación en las operaciones de atención a la población, y en el aeropuerto, situado unos 15 kilómetros al sur del municipio, un grupo de jóvenes asaltó un camión enviado por la ayuda humanitaria internacional. Miembros de varias ONG españolas que trabajan en la zona siniestrada y fueron testigos de los disturbios, se dedican a comprar alimentos con sus propios medios para distribuirlos a la población, como explicó Manuel Lorenzo, del Movimiento por la Paz y el Desarme y la Libertad (MDPL). Parados en la tragedia Según algunos cooperantes, grupos de socorristas procedentes de España y de otros puntos de Europa se encuentran inactivos en Alhucemas porque las autoridades marroquíes todavía no les han asignado un lugar dónde actuar. Es tal el caos que se vive en la ciudad, que algunos equipos, como los bomberos de Málaga y de Madrid, regresaron a España sin haber podido participar en las operaciones de rescate y desescombro. Unas 200 personas recorrieron también las calles de Imzouren -una localidad de 20.000 habitantes muy afectada por el seísmo y situada a 10 kilómetros al suroeste de Alhucemas- para denunciar el bloqueo de la ayuda humanitaria. Hace frío y llueve en la zona, y miles de personas abandonarán de nuevo sus domicilios para pasar la noche en la calle, en coches particulares o cobijados debajo de algunas carpas por miedo a que algunas de las sucesivas réplicas sísmicas -hasta 200- que sacuden la región desde el martes se convierta en un zarpazo mortal. Tradición levantisca Las protestas de ciudadanos encolerizados, que también se hicieron sentir en localidades como Aït Youssef Ouaali y Aït Kamara, no van a acabar de la noche a la mañana, porque «la gente no puede más y necesita soluciones rápidas y eficaces. Necesita mantas y tiendas con urgencia», manifestó Ilyas Omari, un conocido activista del tejido social del Rif, una zona con amplia tradición levantisca. Lo hicieron contra el ejército colonial español (20.000 soldados murieron en la guerra contra Abd el-Krim) y luego contra su propio país. De hecho, el rey Hasán II jamás piso territorio rifeño. Tampoco lo ha hecho hasta el momento su hijo, Mohamed VI. Ruge el Rif, tiembla el poder.

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