Los árabes advierten a Washington de que su plan democratizador conducirá al país al caos
Irak tiene ya una constitución islámica moderada y que protege a los kurdos
El nuevo estado no se basará en la sharia aunque sea de inspiración coránica
Los iraquíes tienen ya una nueva Constitución, un importante elemento en el camino hacia la recuperación de su soberanía. La Carta Magna, que tiene carácter provisional hasta que sea aprobada una definitiva en el seno de una Asamblea Constituyente que deberá ser elegida en unos comicios directos a finales del 2004 o comienzos del 2005, mantiene el nivel de autonomía que los kurdos han venido disfrutando desde 1991 y no sanciona, tal y como deseaba Washington, el establecimiento de un Estado teocrático con una legislación inspirada totalmente en la sharia, ley canónica del Islam. El acuerdo sobre el texto de esta Ley Fundamental provisoria se logró ayer de madrugada tras varios días de maratonianas conversaciones entre los 25 miembros del Consejo de Gobierno iraquí, órgano designado por Estados Unidos en agosto del año pasado. El documento deberá ser firmado, en una ceremonia que se celebrará mañana, por el administrador civil estadounidense de Irak, Paul Bremer, quien estuvo presente ininterrumpidamente durante los acalorados debates de los últimos días. La culminación del proceso hasta la elaboración del borrador constitucional fue acogida con aparente satisfacción por parte de casi todos los grupos étnicos y religiosos del país. Por supuesto, los kurdos fueron los que dieron mayores muestras de regocijo, ya que conservan intacta su actual autonomía. Sin embargo, entre la comunidad chií, que constituye el 60% del total de la población, se oyeron declaraciones y proclamas con matices diferentes. Los dirigentes árabes creen que el proyecto de Washington que prevé llevar la democracia y el liberalismo a Oriente Próximo -un plan que no menciona el conflicto israelo-palestino- está condenado al fracaso y conducirá a la región a una anarquía generalizada.