El Consejo de Gobierno rechaza las peticiones de restar poder a la comunidad kurda
Los chiíes exigen más poder en Irak y malogran la firma de la Constitución
El precario acuerdo pactado el lunes retrasa por tercera vez el histórico momento
Las exigencias de más poder e influencia para los chiíes por parte de cinco líderes pertenecientes a esa comunidad religiosa mayoritaria en Irak y sus recelos ante las reivindicaciones kurdas ha provocado un aplazamiento indefinido de la firma de la nueva Constitución provisional del país, que tenía que haber tenido lugar ayer después de dos retrasos anteriores. Se había preparado todo para dar a la ceremonia la mayor solemnidad. El Palacio de Congresos, que alberga el centro de prensa de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA), estaba atestado de periodistas e invitados esperando presenciar el histórico evento. De repente, en el último momento, los cinco chiíes más señalados dentro del Consejo de Gobierno propusieron modificaciones sustanciales al texto constitucional que, con grandes dificultades, se logró consensuar el pasado lunes. Aquel acuerdo se alcanzó fuera de la fecha establecida en noviembre. El segundo retraso se produjo tras los la doble cadena de atentados en Kerbala y Bagdad del pasado martes, en donde perecieron 171 chiíes que celebraban la festividad de la Ashura. Las enmiendas solicitadas por los chiíes fueron rechazadas de plano por muchos de los componentes del Consejo de Gobierno, sobre todo por los kurdos, y hubo que empezar otra vez desde el principio toda la negociación. La primera demanda planteada por los disconformes fue que se retirara una cláusula, incluida la semana pasada a petición de los kurdos, de que el futuro proyecto de Constitución definitiva de los iraquíes, que tendrá que ser aprobado en referéndum, una vez sea elaborado por una Asamblea Constituyente que se elegiría a finales de este año o comienzos de 2005, pueda ser desestimado si lo rechazan dos tercios de la población en tres provincias del país. El Kurdistán está constituido por tres provincias precisamente. De esta forma, esa minoría étnica podría bloquear cualquier Ley Fundamental que atente contra su autonomía. Los chiíes, sin embargo, que constituyen el 60% del total de la población, consideran que conceder a los kurdos ese derecho de veto pone en peligro la integridad territorial de Irak.