La cúpula iraquí viaja a Nayaf para que el líder chií «apruebe» la Constitución

Prueba inequívoca de que el gran ayatolá Alí al-Sistani, el guía espiritual de la comunidad chií, es el hombre más poderoso de Irak lo constituye el hecho de que una delegación de miembros del Consejo de Gobierno iraquí se trasladaran ayer a la ciudad sagrada de Nayaf para consultar con él qué hacer para lograr que la nueva Constitución provisional del país pueda consensuarse y aprobarse de una vez. Le pese a quien le pese y le moleste o no a Estados Unidos. Tras tenerse que posponer el viernes la firma del importante documento, los 25 miembros del Consejo de Gobierno volverán a reunirse mañana aunque no hay garantías de que se llegue a un acuerdo. Las indicaciones dadas por Sistani fueron precisamente las que malograron la adopción de la Constitución provisoria, que deberá estar vigente hasta que se apruebe una definitiva en el seno de una Asamblea Constituyente. Los cinco chiíes del Consejo de Gobierno más influyentes, aconsejados por el carismático clérigo enclaustrado en Nayaf, plantearon en el último momento varias enmiendas al texto que no fueron bien acogidas por otros componentes del Ejecutivo, sobre todo por los kurdos. Esa minoría étnica, que habita la parte norte de Irak, había logrado que se aceptase una cláusula que impide que la futura Ley Fundamental permanente sea aprobada, si en el referéndum que habrá que organizarse en su día, dos tercios de la población de tres provincias cualquiera, rechazan su contenido. Ese mecanismo concedería a lo kurdos, cuyo territorio está dividido precisamente en tres provincias (Suleimaniya, Erbil y Dohuk) un derecho de veto que haría imposible la adopción de cualquier Constitución que no les convenga. Y eso es lo que Sistani considera inaceptable. Abdel Aziz al Hakim, líder del Consejo Supremo para la Revolución Islámica, el principal brazo político del mundo chií en Irak, dijo el viernes que las reivindicaciones kurdas son «antidemocráticas» y atentan contra el propio Estado y contra los intereses de la mayoría de los iraquíes. El ministro iraquí de Exteriores, por su parte, el kurdo Hoshiar Zubairi, dijo ayer en El Cairo que la cláusula introducida pretende simplemente proteger a las minorías de «la dictadura de las mayorías». El papel del Islam en la futura legislación del país también enfrenta a los chiíes con otros miembros del Consejo de Gobierno y con el administrador civil estadounidense, Paul Bremer. Ahora, Siria Estados Unidos va a aplicar próximamente sanciones contra Siria amparándose en una ley votada a finales de 2003 en la que se autoriza al presidente George W. Bush a hacerlo, según fuentes del Gobierno norteamericano. «Será pronto», ha declarado un responsable de la Casa Blanca que ha preferido mantener el anonimato. Esta fuente no ha precisado cuál será la naturaleza de las sanciones ni la fecha en la que Bush las va a imponer. El Congreso estadounidense aprobó el 11 de noviembre sanciones económicas y diplomáticas contra Siria, acusada de apoyar el terrorismo.