«La Zapatera» francesa

La izquierda francesa ha optado por la modestia y la humildad a la hora de valorar unos resultados que no alcanzaba desde la época de François Mitterrand, con el respaldo de un 50% del electorado. Los dos últimos años han sido una auténtica travesía del desierto, especialmente para el Partido Socialista gravemente herido desde el fracaso de Lionel Jospin , que no llegó a la segunda vuelta de las últimas presidenciales, desbancado por el ultraderechista Le Pen. Su nuevo líder François Hollande ha tenido que hacer frente a todo tipo de divisiones internas sobre cuestiones tan fundamentales como Europa, la fiscalidad o las privatizaciones, sin que en ningún momento dejara de cuestionarse a nivel interno su idoneidad para el puesto. La primavera electoral de los socialistas no puede explicarse solamente por el rechazo al Gobierno de la derecha. Nunca antes habían ganado en Bretaña y ahora con sus aliados verdes y comunistas alcanzan el 55% de los votos. El mismo resultado obtienen en el feudo del primer ministro Raffarin, Poitou-Charentes, con una victoria histórica de la socialista Ségolène Royal, la compañera de Hollande a la que ahora llaman ya La Zapatera , en evidente clave española. Pero para que el líder del Partido Socialista Francés pueda emular la hazaña de su homólogo español en las próximas presidenciales tendrá que superar las zancadillas de otros tres dirigentes con peso específico en etapas anteriores: el ex primer ministro Laurent Fabius, y los ex ministros Jack Lange y Dominique Strauss-Kahn. Les llaman los tenores , porque siempre tienen algo que decir y porque nunca han ocultado sus ambiciones políticas. Hasta la próxima cita electoral la izquierda tendrá que plantear una nueva oposición parlamentaria y elaborar un proyecto político creíble para ser algo más que el instrumento de la cólera popular.