Diario de León

El jefe de Estado y el ex primer ministro argelino pugnan hoy por la Presidencia del país Condoleezza Rice testifica hoy ante la comisión que investiga los atentados de las Torres Gemelas Los soldados que regresan a España reconocen la inseguridad en Irak

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Paco Soto Bárbara Celis D' Amico José María Francisco - rabat corresponsal | nueva york valladolid
León

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Un total de 18 millones de argelinos tienen hoy una cita con las urnas para elegir, por tercera vez desde que consiguieron la independencia, en 1962, al nuevo presidente de la república. Los comicios se han convertido en un duelo político entre el actual jefe del Estado y candidato a la reelección, Abdelaziz Bouteflika, y el ex primer ministro y secretario ge-neral del Frente de Liberación Nacional (FLN, antiguo partido único), Ali Benflis. Otros cua-tro candidatos concurren a las presidenciales, aunque sin posibilidades reales de éxito. Algunas fuerzas políticas y sociales democráticas influyentes en la vida del país norteafricano, como el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS) de Hocine Aït Ahmed y el movimiento ciudadano de la región beréber de la Cabilia (situada a unos 110 kilómetros al este de Argel), han decidido boicotear los comicios, mientras que el Consejo Constitucional del Estado ha rechazado tres candidaturas, lo que ha sido duramente criticado por la oposición y la prensa privada hostil a Bouteflika. Argelia, que se encuentra hundida en una profunda crisis política y social y entró desde hace más de una década en una espiral de la violencia terroris-ta y contraterrorista, ha vivido en los últimos meses enormes tensiones preelectorales y un duro enfrentamiento entre Bouteflika y el Gobierno de Ahmed Ouhayia -su nuevo hombre de confianza y líder del Reagrupamiento Nacional Democrático (RND)- y el conjunto de la oposición. Poderes fácticos Bouteflika cuenta con el aval de diversos poderes fácticos económicos y financieros y la cúpula de las fuerzas armadas y la burocracia del Estado, y ha recibido el apoyo de grupos políticos como el RND, los islamistas moderados del Movimiento Social por la Paz y un sector minoritario del FLN, así como de la poderosa Organización Nacional de Mu-jaidines (ex combatientes de la guerra de la independencia) y la influyente Unión General de Trabajadores de Argelia. Sigue siendo un hombre bien visto por Washington, París y Madrid y los círculos políticos más influyentes de Occidente. Su principal rival, Ali Benflis, tiene serios apoyos en amplios sectores sociales afines al FLN y en algunas personalidades. Estados Unidos amanecerá hoy pendiente de una sola cosa: la comparecencia de Condoleezza Rice ante la Comisión del 11-S en público y bajo juramento. Tres canales de televisión en abierto y varios de pago retransmitirán en directo las casi tres horas que durará su deposición, señal inequívoca de lo mucho que se juega hoy la Consejera de Seguridad Nacional. Por una parte, del tono de su declaración depende que George W. Bush recupere la credibilidad perdida tras las acusaciones lanzadas contra él y su gobierno por su ex asesor en antiterrorismo Richard Clarke. Por otro lado, su propio futuro político también está en juego puesto que, a pesar de haber anunciado que abandonará su cargo al finalizar esta legislatura, Rice parece aspirar a otros puestos en un posible nuevo gabinete republicano, entre ellos el de secretaria de Defensa si Donald Rumsfeld decidiera no repetir. Pero la «dama de hierro norteamericana» «aparentemente está muy tranquila» afirmaba ayer en The New York Times un amigo suyo. Rice contestará a las preguntas preparadas por la Comisión del 11-S para esclarecer las muchas contradicciones que enturbian la verdad respecto a lo que sabía y no sabía la Administración Bush sobre la preparación de los atentados. Pero la Consejera, que previsiblemente le echará la culpa de todo a la CIA comenzará su deposición con un discurso de unos veinte minutos que lleva más de una semana preparando y que ayer describía en la prensa neoyorquina uno de sus colaboradores como «un repaso detallado» de los movimientos hechos por la Administración durante los meses previos a los ataques. Será una respuesta contundente a las acusaciones lanzadas por Clarke y estará dirigida a los supervivientes del 11-S y a las familias de las víctimas, que estarán en la audiencia. Sin embargo, Rice no piensa pedirles disculpas, como sí hizo Clarke porque «alimentaría la idea de que fallamos, lo arreglamos y nunca volverá a pasar y eso son garantías que no podemos dar» afirma una fuente de la Casa Blanca citada por el diario neoyorquino. El ex asesor en antiterrorismo ha sido el único miembro de la Administración Bush que se ha disculpado públicamente por los errores. La mayoría de los 145 militares de la Unidad de Apoyo Logístico que regresaron ayer a España tras permanecer cuatro meses en Irak reconocieron que en los últimos días ha aumentado la inseguridad en Diwaniyah, zona del sur del país donde está la base española de la Brigada Plus Ultra, pero consideraron la situación de «coyuntural y transitoria», al tiempo que expresaron su confianza en que se produzca el retorno a un estado de mayor tranquilidad. El teniente coronel de Artillería Juan Lorenzo Montiel se mostró convencido de que «las cosas volverán a su cauce» cuando los grupos extremistas islámicos concluyan sus celebraciones. El jefe de la operación INSE II (Elemento de Apoyo Logístico para Irak) presente en Diwaniyah realizó estas declaraciones en el acuartelamiento de San Isidro de Valladolid, tras realizar el viaje en autobús desde Madrid hasta la capital castellano y leonesa. Si el martes de la semana pasada el primer contingente militar llegó con retraso por las disputas políticas entre el presidente del Gobierno en funciones, José María Aznar, y el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, la demora de ayer se produjo por causas climatológicas. El avión procedente de Kuwait no pudo aterrizar en el aeropuerto vallisoletano de Villanubla a causa de la niebla y, en consecuencia, el vuelo fue desviado a la terminal de Barajas. Al fin, a las 13.00 horas (con cinco horas de retraso) los mandos y soldados pudieron reencontrarse con sus familiares en las instalaciones militares de Valladolid.

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