De pianista a mano dura de Bush

Si Margaret Thatcher fue la dama de hierro , Condolezza Rice es la mujer de acero con manos de seda. La Asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y amiga personal de George W. Bush no sólo ha llegado a convertirse en una de las personas más poderosas en Washington, también es una pianista de primera línea, formada desde los cuatro años, que ha tocado conciertos con varias de las grandes figuras de la música clásica. Ademas es una figura glamurosa que ha posado como modelo para revistas de moda. La biografía de Rice es realmente fascinante: no sólo es la primera mujer en la historia de Estados Unidos que llega a ocupar el cargo que ahora ostenta sino que también es la primera mujer de raza negra que alcanza un puesto de tan alta responsabilidad en el Gobierno federal del país. Y su figura y poder no dejan de crecer: con la desastroso proceso de estabilización que se vive en Irak, Rice ha ido poco a poco usurpando el puesto de poder casi absoluto que tenía el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, hasta el punto de convertirse lentamente en la responsable de poner orden a la desastrosa ocupación del país árabe. Bushno mueve una sola ficha en política exterior sin antes consultarlo con ella. Glamur y poder Condi Rice, que ahora tiene 46 años, nació en un barrio de clase popular en la ciudad de Birmingham, en el estado de Alabama. Es hija única de dos profesores que se encargaron de inculcarle una pasión por el conocimiento en todas sus vertientes. Dedicó su infancia y adolescencia a dos vertientes: el piano y la historia. A los 16 años decidió que no dedicaría su vida a la música ya que, según dice ahora, no quería terminar «enseñando a niños de 13 años cómo asesinar a Beethoven». Fue entonces cuando descubrió su verdadera vocación inscribiéndose en la universidad de Denver, después de asistir a una clase del profesor Josef Korbel, el padre de la ex secretaria de Estado, Madeleine Albright. «Nos dio una lección acerca de Josef Stalin y esa figura me intrigó. Fue entonces cuando decidí que me dedicaría a estudiar la Unión Soviética». Estudió, y con muchas ganas: Rice se graduó en la universidad con apenas 19 años y luego hizo un doctorado. A los 24 estaba enseñando Relaciones Internacionales en la prestigiosa Universidad de Stanford, en California. Por su conocimiento de la Unión Soviética, en 1986, fue contratada en Washington para trabajar como asesora en el Consejo de Relaciones Exteriores. Tres años más tarde, trabajó para el asesor en Seguridad Nacional de Bush padre, Brent Scowcroft, y poco a poco se convirtió en una de las colegas más cercanas del entonces presidente. Con la victoria de Bill Clinton, llegaron tiempos menos interesantes en Washington para una republicana convencida como ella, y fue entonces cuando decidió dar el salto a la iniciativa privada, en donde se dice que la amistad con Bush le sirvió para trabajar en el consejo de administración de la petrolera Chevron. Llegó a tener tan buenas relaciones con esa compañía que incluso uno de sus barcos lleva su nombre. Rice estaría siguiendo los pasos de Kissinger. La comparación no es gratuita: al igual que él, Rice no parece tener límites en su ambición y parece haber aprendido de los errores de un hombre que siempre se quedó con las ganas de llegar a presidente. ¿Podría Rice aspirar a ser la primera presidenta americana? Es demasiado pronto para vislumbrarlo y faltan demasiadas variables que esclarecer antes de que eso ocurra, pero en Washington creen que podría ser una candidata ideal para el Partido Republicano. Mujer, negra, sofisticada en sus gustos, dura como el acero y amiga de los poderosos y las grandes corporaciones... Rice es black power. Poder negro.