Secuestros S.A.

La oleada de secuestros con fines políticos y militares ha convertido a Irak en un país particularmente peligroso para los extranjeros, ya sean occidentales o asiáticos, originarios de países de la coalición o no. Ayer, 19 ciudadanos no iraquíes permanecían en paradero desconocido, una forma eufemística para definir su situación real: o están secuestrados o han sido asesinados. De ellos, al menos nuevo son norteamericanos, un botín de gran valor. Dos son soldados y los otro siete, empleados de la empresa Halliburtton. También han sido secuestrados dos periodistas checos. Tras arduas negociaciones, los secuestradores de los tres japoneses retenidos en Irak han aceptado no ejecutar a los rehenes, pese a que expiró el ultimátum presentado a las autoridades japoneses para que retirasen sus tropas de Irak como condición para no ejecutarlos, según afirmó un jefe tribal, Mezher Dulaimi, quien se presentó como el mediador en este caso. Los siete chinos secuestrados en Irak han sido liberados. Los siete trabajadores fueron secuestrados en la carretera que une Amán y Bagdad a la altura de Faluya. La débil tregua de Faluya El general Ricardo Sánchez, comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, afirmó que el alto el fuego alcanzado en la ciudad iraquí de Faluya es «frágil». «En los últimos dos días hemos seguido sufriendo ataques, pero respondimos apropiadamente. Hoy parece que la situación está un poco mejor», dijo Sánchez en una entrevista a distancia con periodistas en Washington. Las fuerzas estadounidenses suspendieron sus operaciones en la cudad para permitir negociaciones entre mediadores y los representantes de los grupos insurgentes. «Debo agregar que éstas son solo negociaciones preliminares. Nosotros no negociaremos mientras no tengamos confianza y estabilidad». «Entonces consideraríamos entrar en negociaciones significativas para finalizar esta batalla», señaló.