Los republicanos aseguran que el Gobierno trata de impedir que el país se enfrente a la realidad de la guerra en Irak
Washigton se ve forzado a enseñar las imágenes de los féretros de sus soldados
El Pentágono quiere evitar el impacto de los 55.00 soldados caídos en Vietnam
Los norteamericanos han visto esta semana, por primera vez en más de un año, las imágenes de los féretros de los soldados norteamericanos caídos en Irak, lo que ha provocado la indignación del Pentágono, que el jueves prohibió con desesperación a la prensa que las volviera a mostrar, aunque nadie cumplió sus órdenes. Todo comenzó hace una semana, cuando el activista por la libertad de expresión Russ Kick solicitó que se le entregaran las imágenes de los féretros envueltos en banderas que llegaban de Irak al mortuorio de Dover para colgarlas de su página web. Aunque en un principio se le negó el permiso, ya que la normativa del Pentágono prohíbe publicar esas imágenes alegando razones de privacidad, finalmente accedió para evitar un conflicto jurídico y aunque se le pidió que nos las distribuyera entre la prensa, las fotos se propagaron como la espuma por todos los medios de comunicación nacionales. «Tenemos que frenar el ocultamiento de las muertes de nuestros jóvenes, tenemos que admitir sus muertes» solicitó hace un mes la madre de un soldado muerto en Irak durante una manifestación pacifista frente al mortuorio de Dover Para añadir más leña al fuego, el pasado domingo una foto tomada en Kuwait dentro de un avión en el que iban a ser trasladados los féretros de los soldados aterrizó en la portada del Seattle Times . Tres días después, la mujer que la tomó, Tami Silicio, que trabajaba para una empresa dependiente del Pentágono, fue despedida a pesar de que su intención era precisamente que se mostrara que los cadáveres «eran tratados con honor y respeto». «Yo ciertamente sé que no querría que mis seres queridos fueran parte de un espectáculo público antes de tener la posibilidad de llorarles en privado» se justificaba el general Mark Kimmitt desde Bagdad en la televisión ABC. Guerras asépticas Las guerras en las que participa Estados Unidos son, a los ojos de los norteamericanos, asépticas e impólutas. Se habla de sus víctimas pero jamás se las muestra. El pentágono vela con celo la privacidad de sus muertos y la prensa se autocensura y tampoco muestra a las víctimas del enemigo. «No se trata de preservar la privacidad de los muertos. De lo que se trata es de evitar que el país se enfrente a la realidad de la guerra». Así de crítico fue ayer el demócrata Jim McDermott, quién vivió la guerra de Vietnam y el efecto que las imágenes de los 55.000 soldados caídos allí tuvieron sobre la opinión pública. «La gente empezó a enfadarse más y más con la guerra al ver las fotos» afirmó McDermott, un efecto que sin duda el Pentágono trata de evitar ocultando ahora ese tipo de imágenes. Ni Arlington se libra Desde hace meses, la guerra ya no tenía imágenes de féretros ni viudas de ojos llorosos, al menos mientras lleven encima la bandera de EE.?UU., ya que el Pentágono prohibió expresamente la presencia de periodistas en el cementerio nacional de Arlington (Virginia). El Pentágono dio órdenes de que los periodistas se mantengan suficientemente alejados como para que no puedan oír las palabras del entierro. «Es preocupante, porque no se puede entender el costo de la guerra si no se ven los muertos y los amputados», declaró el director del Centro Nacional de Investigaciones sobre la Guerra del Golfo, Steve Robinson.