Los soldados implicados fueron destituidos en enero tras la denuncia de otros militares
Después de tres días de silencio, la Casa Blanca condena las torturas a los presos
El presidente Bush asegura que está profundamente disgustado y anuncia una investigación
La Casa Blanca ha tardado tres días en pronunciarse respecto a los maltratos a los que han sido sometidos prisioneros iraquíes por parte del Ejército norteamericano. A pesar de que las vergonzosas fotos de las torturas aplicada a sus detenidos en la prisión de Abu Gharif fueron emitidas por la cadena CBS en la noche del miércoles, la prensa norteamericana apenas se hacía eco en la mañana de este viernes de una noticia que hasta que no ha trascendido internacionalmente no ha provocado reacciones políticas. El inquietante silencio en el que tanto el Gobierno como los medios de comunicación tratan de mantener todos los temas relacionados con los soldados norteamericanos - The New York Times ni lo mencionaba en su edición de ayer-, hacia los que el tratamiento informativo siempre trata de revestirlos de un carácter de heroicismo, comenzó sin embargo a romperse a lo largo del día después de que las fotos llegaran a las portadas de los medios de todo el planeta, incluido el propio Irak, donde se teme que provoquen un aumento de la violencia. El propio presidente tuvo que pronunciarse al respecto. «Estoy profundamente disgustado» dijo brevemente durante una rueda de prensa en la Casa Blanca. «Esos hombres no reflejan la naturaleza de los soldados que van a Irak, ellos no son así. Habrá una investigación», aseguró. Según su portavoz, Scott McClellan, el comportamiento de los 17 soldados que fueron suspendidos del servicio en enero tras la denuncia presentada por otros militares que trabajaban en la prisión es «despreciable» y la Casa Blanca «no puede tolerarlo» y anuncia una investigación.