El Ejército británico interroga a un nuevo testigo de brutalidades

La justicia militar británica comienza a tomarse en serio las alegaciones de malos tratos infligidos a los prisioneros iraquíes por parte de soldados británicos. Miembros del Departamento de Investigaciones Especiales del Ejército británico interrogaron ayer durante varias horas a un tercer soldado que confirmó al rotativo The Mirror la existencia de una campaña de abuso contra los prisioneros de guerra. Este soldado, presentado por el diario sensacionalista como soldado C , confirma lo que ya expusieron al mismo rotativo otros dos soldados, todos ellos pertenecientes al Regimiento Real de Lancashire. Según el soldado C , existe un pequeño círculo de individuos dentro de las tropas a cargo del cuidado de los prisioneros, unos cien según el nuevo testigo entre los que se incluyen cabos y sargentos, que son los que ejecutan y permiten los actos de violencia y vejación contra los prisioneros iraquíes. En concreto el soldado C asegura poder dar los nombres de los implicados en al menos cuatro actos de brutalidad de los que él fue testigo. «Los prisioneros son apaleados principalmente en la zona de las costillas y la cara y sólo cuando la paliza está siendo demasiado fuerte, los mandos interceden» explica el testigo, que agrega, «en una ocasión un cabo colocó una bolsa de arena sobre la cabeza de un prisionero y le hincó sus dedos en los ojos hasta que el prisionero gritó por el intenso dolor.» El soldado C continúa explicando que «en ciertas ocasiones al quitar el saco de la cabeza de un prisionero que ha sido apaleado, he visto narices desviadas y en general quedan en un estado atroz. Las palizas se repiten con cada cambio de guardia por lo que la pesadilla es constante». A los actos de brutalidad física también se añaden los de vejación