Diario de León
Publicado por
R. M. Mañueco - moscú
León

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Durante la guerra que desencadenó Borís Yeltsin contra Chechenia, entre 1994 y 1996, para «restablecer el orden constitucional» en ese territorio norcaucásico, Ahmad Kadírov tomó las armas contra los rusos. Sin embargo, desde junio de 2000, pasó a convertirse en el hombre del Kremlin en la conflictiva república. Sus padres fueron deportados a Kazajstán por Stalin, acusados de colaboracionismo con el ejército nazi y fue allí donde nació, en la región de Karagandá, hace 52 años. Estudió en la madraza de Bujará (Uzbekistán) y en el Instituto Islámico de Tashkent. Ya en Chechenia, en donde no había vivido de forma continuada hasta 1989, fundó el primer Instituto Islámico en todo el Cáucaso Norte, del que fue su primer rector. En 1994, se unió a Aslán Masjádov para combatir a las tropas rusas. Kadírov llegó entonces a proclamar la Yihad (guerra santa) contra los ocupantes e incluso dijo que por cada checheno muerto había que acabar con la vida de 150 soldados rusos. Con la firma de los acuerdos de Jasaviurt, que pusieron fin transitoriamente a las hostilidades, Masjádov fue elegido presidente de Chechenia y Kadírov designado muftí (jefe espiritual de todos los musulmanes chechenos). Pero las desavenencias entre ambos no tardaron en manifestarse. Viendo cómo las comunidades wahabíes (ultra ortodoxos islámicos) iban adquiriendo cada vez mayor influencia de la mano de Shamil Basáyev y Amir Hattab, Kadírov arremetió contra Masjádov en una intervención pública acusándole de no ser capaz de poner freno al fundamentalismo. La intervención militar de los hombres de Basáyev y Hattab en la vecina Daguestán, acción que sirvió de pretexto a Rusia para iniciar una nueva guerra contra Chechenia y que aprovechó Vladímir Putin, entonces primer ministro, para catapultarse hacia el poder, fue la gota que colmó el vaso. Kadírov se pasó a la oposición y Masjádov se encargó de que dejase de ser muftí. A partir de ese momento, Kadírov se convirtió en un aliado de Putin, quien, en julio de 2000 le nombró jefe de la administración implantada por Moscú en la república chechena. El antiguo clérigo islámico, objeto de dos atentados en 1998 y 1999, creó una guardia pretoriana de más de 10.000 hombres bajo las órdenes de su hijo Ramzán. Valiéndose de esa fuerza y con el concurso de las tropas rusas desplegadas en la república actuó como un auténtico mazo contra los reductos separatistas atrincherados en las montañas. Con la ayuda del Kremlin, Kadírov fue elegido presidente de Chechenia el pasado 5 de octubre en unas polémicas elecciones que Masjádov calificó de «farsa». El presidente ruso, Vladímir Putin, ya creía estabilizada la situación en la república hasta que, ayer, una bomba acabó con su vida.

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