Diario de León

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Zapatero desobedeció a Bush

España se negó a capturar «vivo o muerto» a Al Sadr, como le pidió Estados Unidos. El presidente Zapatero respondió a la exigencia anunciando la retirada de las tropas españolas

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Enrique Clemente - redacción | madrid
León

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España se negó a realizar operaciones ofensivas a gran escala en Irak, rechazando las peticiones en ese sentido efectuadas por Estados Unidos desde el mes de abril, según ha revelado el general de división José Enrique de Ayala. El alto mando de las tropas españolas en aquel país ha explicado que éstas fueron enviadas con un mandato del Gobierno para llevar a cabo una «misión de estabilización y de ayuda humanitaria», por lo que no podían realizar «ofensivas a gran escala». José Bono concretó ayer en qué consistía una de esas operaciones. Estados Unidos pidió a los soldados españoles que entregaran «vivo muerto» a «determinado líder religioso», en referencia al clérigo radical chií Moqtada al Sadr. Esa demanda fue rechazada «rotundamente» porque, según aseguró el ministro de Defensa, «los países de la coalición, como es el caso de España, no pueden participar en acciones ofensivas», a diferencia de los «países ocupantes». «Las tropas españolas están sometidas a la legalidad internacional, que nos impide ser fuerza ocupante y ofensiva», afirmó Bono. Ayala remitió a primeros de abril un informe al jefe de las tropas estadounidenses, Ricardo Sánchez, advirtiéndole de que si se aumentaba la presión contra Al Sadr y sus seguidores se agravaría la situación, transformándose en una «acción militar a gran escala», como así ha sido. EE.UU. detuvo al lugarteniente de Al Sadr y cerró el diario local de Nayaf, lo que desató la violencia en la zona controlada por los españoles. Ayala, segundo jefe de la Divi-sión Centro Sur de Irak, consi-dera un error estratégico ambas decisiones, que asegura no le fueron consultadas por los nor-teamericanos. En su opinión, la detención «cambió el ambiente que había en la zona chií en la cual nos encontrábamos». Dado que los mandos estadounidenses no dejaban de presionar a los españoles para que participaran en el asedio de Nayaf, Ayala tuvo que enviar un informe al Gobierno español, fechado el 13 de abril, en el que señalaba que esas exigencias no se correspondían con el mandato que tenían nuestras tropas en Irak. Cinco días después, el recién nombrado presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciaba la retirada del contingente español de Irak. Por otro lado, los aviones bombarderos de EE.UU. arrasaron ayer las oficinas en Bagdad del clérigo chií radical Moqtada al Sadr, quien ayer ordenó a su milicia propagar por todo Irak la lucha contra las tropas de ocupación. El bombardeo tuvo lugar en el empobrecido distrito de Ciudad Sadr durante la noche. Al menos una bomba cayó en el edificio de Sadr, de una sola planta, alrededor de las 2.00 de la madrugada y prácticamente lo destruyó. El Ejército estadounidense no ofreció detalles sobre esta operación, pero sí informó de que 19 miembros del Ejército del Mahdi -la milicia de Sadr- murieron en este distrito de la capital durante los combates que se registraron el domingo. Mientras, Qais al Khazali, el principal hombre de Sadr en Nayaf, dijo: «Ahora hemos entrado en la segunda fase de la resistencia y se ha acabado nuestra paciencia con las fuerzas de ocupación. Nuestra política es extender el estado de resistencia y llevarlo a todo Irak por la escalada militar de los ocupantes y el cruce de todos los límites en las ciudades sagradas de Kerbala y Nayaf». Un grupo de insurgentes hasta ahora desconocido amenazó ayer con secuestrar y matar en Basora a los extranjeros que trabajan con compañías foráneas al sur de Irak, y particularmente a los kuwaitíes. En esta ciudad, las exportaciones de crudo sufrieron otro duro golpe con el sabotaje de un oleoducto.

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