La llegada del gas sarín

Nadie puede decir a ciencia cierta si es casualidad, es un error, o es verdad. Pero lo cierto es que un día después de que el secretario de Estado Colin Powell reconociera por primera vez que las pruebas sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak que presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU para justificar la invasión eran «erróneas», el Ejército norteamericano anunciaba ayer que había descubierto un misil en Irak que contenía gas sarín. Un convoy militar lo encontró en la carretera, donde había sido puesto como si fuera una bomba. El misil estalló al intentar ser desactivado por los soldados estadounidenses, lo que causó heridas menores a dos de ellos. El Grupo de Inspección Iraquí confirmó que el proyectil de 155 milímetros contenía gas sarín por lo que los soldados «recibieron atención médica después de haber estado expuestos al agente neurotóxico» explicó el general Mark Kimmit en rueda de prensa desde Bagdad. Es la primera vez desde que comenzó la invasión de Irak que Estados Unidos puede decir que ha encontrado un arma de destrucción masiva, aunque la trascendencia de este descubrimiento aún está por verse ya que es casi anecdótico en relación a las alegaciones que hizo Estados Unidos sobre el supuesto arsenal de Sadam Huseín, cuya supuesta existencia justificó la invasión estadounidense. Powell fue particularmente crítico con la información relativa a los laboratorios móviles de elaboración de armas biológicas que él defendió durante aquella presentación en el Consejo de Seguridad. «Me arrepiento y estoy decepcionado» aseguró. Aún echándole las culpas a la CIA, Powell afirmó que el problema no es que la CIA le engañara a él sino que las fuentes con las que trabajaba la agencia de inteligencia han resultado ser inexactas.