El presidente se pone a pensar
El presidente de Estados Unidos se dirige a la nación para tratar de recuperar la confianza frente a la crisis de Irak aunque en un mes ha sido incapaz de explicar cómo se hará el traspaso
Bush sale del despacho oval y se dirige a los jardines de la Casa Blanca
El mismo día en que la ONU comenzaba a discutir el borrador de resolución para Irak, el presidente George W. Bush tenía previsto dar un discurso televisado al cierre de esta edición cuya finalidad parecía más que clara dadas las difíciles circunstancias por las que atraviesa su presidencia. En primer lugar Bush trata de recuperar la confianza de los norteamericanos ante el goteo incesante de víctimas en Irak que continúan sembrando las dudas entre la opinión pública sobre la necesidad de sus tropas permanezcan en ese país. Por otra parte Bush trata de presentarse como un líder con las ideas claras respecto al futuro iraquí, a pesar de que durante el último mes haya sido incapaz de explicar cómo se iba a concretar el traspaso de poderes y a quién se le iban a dar las responsabilidades de gobierno cuando la coalición ya no esté al mando oficial a partir del 30 de junio. Los escándalos de las torturas también han contribuido a mermar la popularidad de un gobierno que a cinco meses de las elecciones presidenciales ha tocado fondo en las encuestas, que la semana pasada hablaban de un nivel de aprobación de sólo un 41% frente al 52% de críticos. Para contrarrestrar esta situación Bush orquestó su aparición pública de ayer, en la que pensaba avanzar su intención de trabajar codo a codo con la ONU, a la que piensa darle más poder del que se planteó en un principio, según se filtró ayer a la prensa. Además Bush tenía previsto anunciar el impulso de nuevas fórmulas para mejorar la seguridad en Irak y centralizar sus esfuerzos de reconstrucción en las infraestructuras iraquíes.