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El cambio de postura es más favorable al Gobierno español y puede desbloquear la primera Constitución de la Unión

Francia, Alemania e Italia aceptan en la UE el reparto de poder que pide España

Tres de los socios más poderosos deciden aumentar los porcentajes de población La

Moratinos conversa con su homólogo italiano, Franco Frattini, antes de la reunión de Bruselas

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Domingos Samepdro - corresponsal | bruselas
León

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Hay ocasiones en que entre un 60% y un 66% hay un verdadero abismo. En estos márgenes, que indican el respaldo ciudadano que ha de tener una decisión comunitaria para que pueda ser aprobada, se mueve ahora la negociación de la Constitución europea y, de paso, se define el poder político de cada país en la gran UE de los Veinticinco. Francia, Alemania e Italia, principales baluartes del modelo del 60%, aceptaron ayer por primera vez una variación «moderada» de su postura para acercarse a la de España, plantada en el 66%. Las negociaciones sobre la futura Constitución europea registraron pues avances inesperados después de que tres de los socios más poderosos aceptaran un incremento moderado de los porcentajes de población necesarios para que una decisión comunitaria sea tomada por mayoría cualificada. La presidencia presentará una propuesta global el próximo 14 de junio, a menos de una semana de la Cumbre de jefes de Estado que debe poner punto y final al texto constitucional. Este debate, plagado de porcentajes, centró ayer buena parte de las discusiones a puerta cerrada que se celebraron en Bruselas en el seno de la Conferencia Intergubernamental (CIG), que agrupa a los ministros de Asuntos Exteriores de la UE. La CIG es el órgano encargado de negociar, desde el pasado octubre, el futuro tratado constitucional sobre el que algunos países aún mantienen discrepancias, especialmente en relación al sistema de voto. Una nueva España Después del cambio de gobierno en Madrid, casi nadie discute ya la futura implantación de la llamada doble mayoría, un sistema de voto que toma en cuenta el número de países y la proporción de ciudadanos para aprobar una decisión. La Convención de 105 expertos, presidida por el francés Giscard d'Estaing, incluso le puso apellidos a esta doble mayoría -el 50% de Estados y el 60% de la población- para que una decisión pueda aprobarse. Esta fórmula, no obstante, favorece a los países más poblados, como Alemania, en detrimento de los medianos, como España y Polonia. Salvo que el porcentaje sea distinto. Así, por ejemplo, si en vez del 50% y 60% se aplica una doble mayoría del 50% de países y el 66% de población, España conservaría intacta -y casi en igual medida que Francia o Alemania- la posibilidad de bloquear las decisiones que puedan lesionar sus intereses. «Estamos cambiando del sistema actual a uno nuevo», explicó anoche el titular irlandés de Exteriores, Brian Cowen, después de proponer en la CIG que se eleven los porcentajes de la doble mayoría para que la Constitución europea sea asumida por países como España, «que son felices -dijo- con el Tratado de Niza». París, Berlín y Roma se mostraron ayer dispuestos a acercarse más a las pretensiones de Madrid y Varsovia, pues por primera vez hablaron de aumentar los porcentajes de la doble mayoría. Pero por si acaso, Francia habla de límite. Su ministro, Michel Barnier, admitió que su país estará abiertos a aumentar el umbral pero sin llegar al 66% o a los dos tercios. Para Barnier, supe-rar el 62% de Niza, haría que las cosas se complicasen. La presidencia irlandesa mantiene un cierto mutismo sobre el contenido de las negociaciones, aunque destacó que existe un «buen ambiente» que podría permitir la aprobación de la Constitución en el Consejo Europeo del 17 y 18 de junio.

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