Un helicóptero israelí dispara dos misiles y hiere a decenas de civiles
Sharon amenaza a sus socios para que aprueben su plan para Gaza
El primer ministro israelí, Ariel Sharón, fracasó ayer en su intento de conseguir la aprobación del gobierno para el plan de separación de los palestinos que prevé una retirada de la franja de Gaza y ni siquiera se atrevió a someterlo a votación. La reunión del gabinete se prolongó durante más de siete horas y en algunos momentos alcanzó niveles que rondaron la consumación de una crisis. En uno de esos momentos Sharón amenazó con destituir a algunos ministros que se oponen al plan. El Gobierno está dividido entre los once ministros que apoyan la iniciativa y los doce que se oponen. La amenaza de destitución está dirigida específicamente contra los dos ministros que pertenecen al partido extremista Unión Nacional. Su líder, Avigdor Liberman, dijo la semana pasada que hay que deportar al 90% de la población árabe que hay en Israel. Si Unión Nacional cae del Gobierno Sharón ya tendría la mayoría que necesita para tirar adelante el plan. Pero las consecuencias de una decisión semejante son imprevisibles. La crisis podría ampliarse ya que los ministros del ortodoxo Partido Religioso Nacional, que defiende a los colonos, anunciaron que si Sharón echa a Unión Nacional ellos dejarán el gobierno automáticamente. En caso de que no consiga sacar adelante el plan, el primer ministro tendrá delante dos posibilidades: convocar elecciones anticipadas o disolver el actual ejecutivo y negociar con los laboristas la formación de uno nuevo. El líder laborista, Shimón Peres, está ansioso por formar una coalición con su amigo Sharón. Un helicóptero israelí mató ayer a tres palestinos e hirió a decenas con dos misiles en la franja de Gaza. Dos de los muertos eran militantes de Hamás mientras que el tercero y todos los heridos, incluidos dos niños y una mujer, eran civiles.