Diario de León

| Análisis | Bin Laden y la monarquía saudí |

Una ruptura decisiva con los Saud

Publicado por
Enrique Clemente - redacción | la coruña
León

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Nadie podía imaginar entonces que la ruptura de Osama Bin Laden con la monarquía saudí en 1990 iba a marcar de forma dramática el curso del siglo XXI. El decimoséptimo de los 52 hijos de un campesino analfabeto de origen yemení que se convirtió en magnate de la construcción multimillonario era hace 13 años un auténtico desconocido en Occidente, pero comenzaba una radicalización que ha llegado a representar la mayor amenaza para el mundo. Como señala el especialista John L. Expósito, «Bin Laden parece la última persona destinada a ser un terrorista internacional». Su familia mantenía relaciones no sólo comerciales sino también de amistad y de emparentamiento con la Casa Real saudí cuando Bin Laden era un joven profundamente religioso. Pero su biografía dio un giro de 180 grados. La historia armada de Osama Bin Laden comenzó en 1979 cuando cambió los lujos y la opulencia de que gozaba en su país para trasladarse a luchar contra los soviéticos en Afganistán. Una década (1979-89) en la que se forjó una gran fama entre los muyahidines por su entrega a la causa, a la que destinó su patrimonio personal, su austeridad y su integridad. Arabia Saudí, al igual que Estados Unidos, apoyó con entusiasmo la causa de los islamistas que habían acudido de todas partes para echar a los comunistas ateos de suelo afgano. Cuando Sadam Huseín invadió Kuwait el 2 de agosto de 1990 Bin Laden se encontraba ya en su país, en el que había sido recibido poco antes como un héroe tras la expulsión de los soviéticos. Ya había mostrado su discrepancia con la familia real por haber dejado de enviar ayuda a los yihadistas árabes que seguían luchando en Afganistán contra el comunista Najibullah, que había tomado el poder en Kabul. Pero fue la decisión de Sadam de engullir el pequeño emirato árabe la que provocó la ruptura definitiva. Temiendo que el régimen iraquí, al que consideraba un claro ejemplo de apostasía, invadiera Arabia Saudí, Bin Laden ofreció a sus guerrilleros para defender el reino. La Casa Real desoyó su oferta y aceptó la ayuda norteamericana. Ese fue el momento de inflexión en la siniestra historia de Al Qaida. Su jefe consideró el despliegue de tropas occidentales como una profanación de la tierra santa musulmana y rompió con el régimen saudí, que desde entonces pasó a ser apóstata. Bin Laden fue sometido a arresto domiciliario, pero obtuvo permiso para viajar a Pakistán pretextando un asunto de negocios. Nunca volvió y el Gobierno de Riad le retiró la nacionalidad. Declaración de guerra Tras pasar por el refugio sudanés y, posteriormente, asentarse en Afganistán, Osama Bin Laden declaraba la guerra a EE. UU. en 1996. La ra-zón: la presencia de sus soldados en Arabia Saudí. Sus dos objetivos serán a partir de entonces expulsar a esas tropas y deponer a los Saud por su connivencia con los infieles, su corrupción y sus política antiislámicas. Dos años después extendía su amenaza a «cruzados y judíos». El texto de la fatwua explica la obsesión de Bin Laden por liberar su país. «Desde que Alá creó la península Arábiga, creó su desierto y trazó sus mares, no ha habido desastre comparable al de las legiones cristianas extendiéndose como la peste, invadiendo sus tierras, devorando sus recursos, erradicando su manera de ser y humillando a sus dirigentes», dice el texto, que considera una obligación de todo musulmán matar a los norteamericanos y sus aliados, ya sean civiles o militares... ...O en forma de dólares.

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