EE.UU. investiga a los soldados que asaltan y roban joyas y dinero en Irak

Los reporteros más veteranos de Washington advierten de que no hay que quitar ojo a los informes que hace público el Gobierno el viernes por la tarde. Si encima se producen al principio de un largo puente, como éste en el que se ha celebrado el homenaje a los saolddaos caídos en actos de guerra, la noticia debe ser especialmente incómoda. Es el caso de las dos docenas de investigaciones abiertas contra soldados en Irak por robo y asalto contra civiles. Los 18 robos y seis asaltos contra civiles que investiga ahora el Ejército de Tierra en Irak fueron llevados a cabo con todo despliegue de fuerza bruta, patadas, culatazos de rifle en la cabeza y hasta disparos cercanos para asustar. Corresponden a inspecciones de casas o de coches en controles de seguridad en los que los soldados estadounidenses se han quedado con las joyas y el dinero encontrado sin proporcionar recibo alguno. El Pentágono sólo ha hecho pública una lista escueta en la que se refieren la ofensas bajo investigación, y el reportero del 'Times' decía en su nota de hoy, lunes, no haber logrado que ningún funcionario de Defensa contestara a sus llamadas. Quien sí ha arrojado luz con anterioridad a estos abusos es la Cruz Roja Internacional, en cuyos informes ha denunciado la «conducta brutal» de los soldados estadounidenses en su trato con los civiles iraquíes. Muertos sin acuerdo Una nueva jornada de violencia en Irak dejó ayer cuatro muertos en un atentado en Bagdad y otros veinte en la ciudad de Kufa por choques entre milicianos chiíes y soldados de EE.?UU. en medio de la incertidumbre sobre el nuevo gobierno. Al menos cuatro personas, entre ellos una mujer y una niña, murieron en Bagdad cuando un coche bomba hizo explosión en pleno centro de la ciudad, una explosión que dejó además veinte heridos, algunos de gravedad. Según fuentes hospitalarias, va a ser muy difícil conocer el número exacto de víctimas por el estado de los cuerpos. La mayoría de los trozos que se podían ver en el lugar del atentado no eran mayores que el de un reloj de pulsera. Sólo un cuerpo, partido limpiamente en dos, se encontraba en una de las aceras. La fuerza de la explosión hizo que el chásis y el bloque del motor cayeran a más de cien metros del lugar donde quedó el resto del Mercedes utilizado para cometer el atentado. El ataque ocurrió en las cercanías de la llamada Zona Verde, un amplio recinto amurallado, donde está la sede de la Coalición dirigida por Estados Unidos, aunque la explosión no llegó a afectar sus protecciones de hormigón. Si se analizan las cifras facilitadas por la Coalición, en los últimos dos meses, el porcentaje de muertes violentas entre los soldados de EE.?UU. en Irak dobla el de los demás meses desde el comienzo de la guerra contra el régimen de Sadam en marzo del año pasado.