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Con fortuna en el Capitolio

Uno de cada tres congresistas estadounidenses es millonario. Los analistas atribuyen el inquietante fenómeno a la extracción social de los legisladores? y ?a? los costes prohibitivos de las campañas.

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colpisa | washington

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Casi uno de cada tres congresistas estadounidenses es millonario, según un informe de los bienes e ingresos de los dirigentes estadounidenses publicado esta semana, que muestra como tanto demócratas como republicanos cuentan con enormes fortunas. Los analistas atribuyen este inquietante fenómeno a la extracción social de los legisladores electos y a los costes cada vez más prohibitivos de las campañas electorales. La Cámara de Representantes contaba el año pasado con 123 millonarios, lo que supone alrededor del 30 por ciento de sus integrantes. En el Senado esa proporción es similar, ya que unos 30 representantes cuentan al menos un millón de dólares, según el mismo informe. Mientras que cerca de uno de cada tres congresistas es millonario, tan sólo uno de cada cien estadounidenses tiene esta condición. Esa concentración de riqueza en el Capitolio es consecuencia de que «senadores y representantes ejercen profesiones liberales, especialmente la abogacía, o provienen de las mejores empresas», indica un experto en el Congreso de la Institución Brookings, Thomas Mann. La desorbitada cifra de fondos que requieren las elecciones en grandes estados densamente poblados como Nueva York o California lleva a los partidos políticos (demócrata y republicano) a buscar candidatos capaces de autofinanciar, al menos en parte, su campaña. El caso más conocido es el de Jon Corzine, ex presidente de la firma de Wall Street Goldman Sachs. Corzine gastó de su bolsillo 60 millones de dólares para lograr su escaño de senador por Nueva Jersey en el 2000. Ricos entre ricos Quienes tienen poco dinero pueden echar mano de amigos ricos que los apoyen . Tal es el caso del senador demócrata de Wisconsin Russell D. Feingold, que era profesor universitario. Bill Frist, jefe de la mayoría republicana del Senado, un cirujano especializado en trasplantes cardíacos y disponía en 2003 de una fortuna de casi 45 millones de dólares. Su rival, el líder de la minoría republicana, el senador Tom Daschle, del poco poblado estado de Dakota del Sur, declaró en el 2003 activos inferiores al millón de dólares, además de su salario anual de 117.900 dólares de legislador. Otros demócratas del Senado son mucho más ricos que sus pares republicanos. Provienen de familias adineradas, como Ted Kennedy, que tiene 45 millones de dólares, y John Rockefeller, con 80 millones. En la Cámara de Representantes la más adinerada es Jane Harman, demócrata por California, cuyos bienes y los de su marido superan los 160 millones de dólares. Pero, de lejos, el congresista más rico es el senador Kerry, candidato demócrata a la Casa Blanca, cuya esposa Teresa Heinz heredó de su primer marido una fortuna de 500 millones de dólares.