Los líderes de la UE catapultan a Durão Barroso a la presidencia de la Comisión

El nombramiento que hace diez días agrió la cena y el desayuno de los líderes europeos, se resolvió ayer en diez minutos. Ese fue el tiempo que necesitaron los jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco para catapultar al primer ministro portugués, José Manuel Durão Barroso, a la presidencia de la Comisión Europea, cargo para el que todavía necesitará el aval de la Eurocámara. De igual modo, el español Javier Solana fue ratificado como jefe de la diplomacia comunitaria y, a partir del 2007, se convertirá en el primer «euroministro» de Exteriores de la Unión. El consenso en torno a Durão Barroso fue unánime, lo que ha llevado a todos los líderes a destacar aspectos de su perfil para hacerlo merecedor del cargo. «Será un buen reformista», dijo como alabanza el primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern. Rodríguez Zapatero afirmó que su designación es «una buena noticia», pues entiende que Portugal y España son países «con intereses comunes». Cese El propio Durão Barroso, que hoy mismo cesa como primer ministro de Portugal, declaró sentirse «feliz y orgulloso» por ser escogido, e incluso avanzó algunas ideas que lo acompañarán en su traslado a Bruselas. Para empezar, el portugués abogó por presidir una Comisión Europea «fuerte e independiente», si bien hizo guiños a los países de europeísmo más templado, al proclamar que la defensa de los intereses nacionales no está reñida con el bien comunitario. También apostó por «reconciliar» los objetivos de la competitividad económica de la UE, definidos en el llamado proceso de Lisboa, con la dimensión social de la Unión, «articulada -dijo- a través del principio de solidaridad». El aspirante a sustituir en el cargo al italiano Romano Prodi todavía deberá recibir el refrendo del Parlamento Europeo el próximo 22 de julio, aunque su pertenencia al Grupo Popular, el mayoritario en la Cámara, permite pensar que no se le complicarán las cosas. Si salva este obstáculo, a Barroso le gustaría tener libertad para formar en noviembre un gabinete de 24 comisarios, entre los que le gustaría ver «más mujeres». El presidente del Parlamento Europeo (PE), Pat Cox, declaró ayer en un comunicado que espera que la Eurocámara ofrezca «la mayor cooperación institucional posible» para que finalmente se apruebe el nombramiento del primer ministro portugués. Almunia será destituido Junto a Durão Barroso, los Veinticinco también ratificaron en su cargo por otros cinco años al español Javier Solana, alto representante de la política exterior de la Unión. Rodríguez Zapatero logró apuntalar el puesto con una declaración anexa en la que se dice que Solana también será designado ministro de Asuntos Exteriores de la UE «el día de entrada en vigor de la Constitución», es decir, en enero del 2007. En virtud de este cargo, el español detentará también la vicepresidencia de la Comisión Europea, lo que obligará a destituir a Joaquín Almunia.