Sadam sin imagen ni voz culpabiliza?a Bush

Las imágenes del ex presidente iraquí Sadam Huseín ante un tribunal en Bagdad han dado la vuelta al mundo por obra y gracia del Ejército norteamericano, alguno de cuyos soldados se ha encargado de cumplir la orden de grabar la histórica sesión. Eso sí, enfocando de frente al acusado y sutilmente de lado al juez. Pero también por obra de los marines y mandato washingtoniano, el codiciado vídeo ha sido mutilado. La parte censurada, ¡oh casualidad!, es aquella en la que el dictador acusa a George W. Bush de ser el verdadero cri-minal. La Casa Blanca, consciente de que mostrar a Sadam en el banquillo beneficia a la campaña electoral de Bush, no previó que el acusado se convirtiera en acusador, o tal vez sí, por eso no se emitió en directo la comparecencia, y tuvo que ponerle remedio después. No quiero imaginar qué sucedería si los demócratas de John Kerry dan con las imágenes secuestradas y las incorporan a su propaganda. Bush, por supuesto, no respondió a las acusaciones y ayer se limitó a esbozar los grandes logros económicos de su mandato. Llegó con traje oscuro y sin corbata, esposado y atado con una brillante cadena que le cruzaba desde las piernas hasta los brazos. Lo que no pudieron atarle fue la lengua. El juez que lo interrogó no logró salir airoso del cara a cara. Fue Sadam quien lo puso contra las cuerdas: «Identifíquese usted», «¿Qué decreto ha instituido este tribunal?». Las autoridades de la coalición, respondió el joven magistrado. «Esto quiere decir que usted es un iraquí representante de las fuerzas que ocupan nuestro país». Fui nombrado por un decreto presidencial publicado por el antiguo régimen, se justificó. Sadam se negó a reconocer la autoridad del tribunal y tachó de «tomadura de pelo» el juicio.